domingo, 30 de junio de 2013

Valledulce

Hablar de Valledulce es hablar del pequeño rincón de Managua en el que vivo. Un rincón que está justo al lado del barrio Memorial Sandino, al otro lado de la pista suburbana, encontrando en su plaza desde hace poco la siguiente frase de Sandino (líder carismático, como otros en Latinoamérica como el “Ché” en Cuba o Simón Bolívar en Venezuela. Siendo así un luchador incansable por la libertad del pueblo de Nicaragua): “Nuestra causa triunfará, porque es la causa de la justicia, es la causa del amor”.



Se puede decir que Valledulce comienza cuando el asfalto acaba en este punto de Managua que os contaba. Adentrándose por sus caminos en unos pocos pasos uno se encuentra el portón que anuncia que “Casa Juventud” está cerca. Refiriéndose al complejo que tienen las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), que se construyó en su origen como lugar de encuentro para los jóvenes de las comunidades de Managua como del resto de Nicaragua. Contando con un auditorio al aire libre, un comedor, una capilla, pistas deportivas, un albergue… Pero también allí están ubicadas las oficinas centrales de las CEB, como dos de sus proyectos: NATRAS (Niños/as y Adolescentes Trabajadores) y Casa Hogar, para niñas y adolescentes sobrevivientes de cualquier tipo de violencia sexual.


Antes de llegar a este lugar es donde se encuentra todo un conjunto de casitas, en las que viven en su gran mayoría personas que tienen o han tenido alguna relación con las CEB. Viviendo en ellas nuestros vecinos, como conjuntamente con Jenny, Vanesa, Juan y conmigo; una nica y tres españoles viviendo en “Casa solidaridad”, destinada actualmente a acoger a los voluntarios de larga duración. ¡Nuestra casa!


Una de las ventajas de vivir en Valledulce no solo es que te encuentras en la ciudad, pero al mismo tiempo con la tranquilidad y el contacto que te puede ofrecer la naturaleza que nos rodea. Así como tener un ambiente vecinal bastante amigable y tranquilo también, donde prácticamente todos y todas nos conocemos.


Muchos de nuestros vecinos, como decía, son también trabajadores de algunos de los proyectos en Pro de una Vida Digna de las CEB. Entre los cuales al mismo tiempo conformamos una de las pequeñas comunidades de las que se componen las CEB en Managua, la de Valledulce, cómo no. ¡Nuestra comunidad! Un espacio semanal que nos sirve de encuentro para no sólo rezar juntos sino poder leer nuestra vida, tratando de ser sensibles y comprometidos con la realidad que nos rodea y de la que formamos parte.




Bueno queridos amigos y amigas, aquí os dejo, que hoy domingo después del partido de España-Brasil, tenemos cine comunitario. Es una iniciativa mensual que hemos propuesto desde nuestra casa, donde invitamos a todo/a quien quiera llegar del barrio para poder disfrutar juntos de una película. El precio de la entrada es traer una silla y algo de comida para compartir. Esta tarde tenemos “Cadena de favores”, después de la última que fue “La vida es bella”.

domingo, 23 de junio de 2013

San Juan del Sur



No, no te preocupes, no estoy en Alicante. Esta imagen es la que se ve desde la bahía de San Juan del Sur al atardecer. Al verla me recordó a la silueta del castillo Santa Bárbara de Alicante, también como una de nuestras señas de identidad. A ésta se le llama “la cara del indio”.

Esto fue hace unas semanas, aprovechando que María Lourdes (coordinadora del Proyecto Samaritanas) tenía que ir a una reunión sobre la trata de personas con fines de explotación sexual. Así que allí nos fuimos a acompañarla mis compañeras y amigas Silvia, Cynthia y yo, todo el fin de semana. El cual nos permitió conocer San Juan del Sur. ¡Bañándome por primera vez en el Pacífico!


San Juan del Sur es uno de los destinos de sol y playa del Pacífico más conocidos de Nicaragua (que aunque nos salió nublado, no fue problema para disfrutar). También para la práctica del surf. Esta zona sur de Nicaragua presenta las mejores playas de arena y, en concreto, la de San Juan del Sur es una perfecta bahía coronada por un Jesús, llamado de la Misericordia, que arropa un interesante núcleo de servicios.





Así que el viernes, después de terminar nuestro taller, nos fuimos rápidamente para agarrar una de las rutas (buses) que iba hacia Rivas (el departamento donde se encuentra San Juan del Sur). Llegando para sumarnos a la cena de las representantes de las organizaciones que ya habían estado reunidas durante todo ese día.


Apañándonos para dormir en una de las casas que tiene una de las organizaciones en San Juan del Sur, al día siguiente, tomamos fuerza comiendo un buen desayuno para en cuanto pudiéramos  ir a relajarnos en la playa. Y así fue finalmente, pudiendo dar un paseo por la arena de la bahía y después un buen remojón.

Ya atardeciendo, después de bañarnos (como por acá se le dice también a ducharse), nos tomamos entre los tres una papaya para tratar de recuperarnos. A lo cual nos terminaron de ayudar estos tres cocktails. Enganchando después con la cena, disfrutando del combinado de tortillas de harina. ¡Qué buenas estaban!


Para terminar el día fuimos a conocer San Juan del Sur de noche, dando un paseo y viendo sus pubs. Los cuales estaban instalados, algunos de ellos, en las antiguas casas tradicionales de colores de San Juan del Sur; mientras que muchos otros en nuevas edificaciones que estaban sustituyendo a muchas de esas casas. Perdiendo así cada vez más la imagen de las casitas típicas, como me comentaba María de Lourdes.


Ya al día siguiente, después de levantarnos, nos dispusimos a volver a Managua en la camioneta de otra compañera, Ana María. Con la suerte de poder hacerlo en la parte trasera, ya que la delantera iba llena con el resto. Algo muy habitual cuando no se entra en el interior de la camioneta. Por lo que nos pudimos despedir de San Juan del Sur, recibiendo todo su aire y saboreando sobre todo lo relajante que fue.

domingo, 16 de junio de 2013

Abuela

Esta semana ha estado marcada sobre todo por el dolor, en primer lugar por el sufrimiento con nombres y apellidos, de las mujeres y sus hijos que acompañamos en el Proyecto Samaritanas. Al cual no parece uno acostumbrarse, sino que conforme pasa el tiempo me abre más los ojos ante la realidad tan vulnerable. Y ante la cual hay momentos en los que siento una profunda limitación e impotencia ante tanta violencia.

Pero sobre todo este dolor que trato de integrar en mi vida de la forma más humana y ecológica posible, para así poder acompañarlas de la mejor manera posible. Con el mayor amor que pueda dar y recibir con mi presencia diaria, empezando a abrirme a una nueva confianza que nunca antes había experimentado. Se ha sumado el fallecimiento de mi abuela Pepita, la cual me ha acompañado siempre desde que nací.

Como comentaba hace ya unas semanas, decía que me sentía limitado por otras cuestiones, entre las cuales sentía la lejanía en momentos como este. La cual parece que incrementa el sufrimiento por no poder estar a su lado, ni con el resto de la familia. Ya que me hubiera gustado estar presente físicamente, pero la distancia me lo impedía. Es un desgarro que bien conocen las personas que son migrantes y han vivido situaciones similares.

El consuelo que tengo, al hablar con mi familia y compartir conmigo estos momentos, es sentir que a pesar del sufrimiento tienen mucha tranquilidad por haberla acompañado y querido hasta el último momento, pudiéndose así despedir de ella con todo el cariño y humanidad. Sintiéndose ella serena y en paz. Dando las gracias a los amigos/as que también nos han acompañado, especialmente a Rosendo y Enrique. Es así como el dolor que tengo se calma a momentos y me emociono ante el amor demostrado y sentido, también desde la lejanía. Como así decía mi abuela cuando le leyeron la carta que le envíe con un ramo de flores (que mi madre compró). “Pablo está presente, siempre lo está y lo hace con detalles como este”.

Este dolor cobra un sentido nuevo al fundarse al dolor que empezaba compartiendo, ya que siento que estoy en el lugar que me toca estar. Cobrando el único sentido a mi distancia, en cómo mi dolor se transformará seguramente en una mayor entrega en el acompañamiento del sufrimiento y luchas de las mujeres, niños/as y adolescentes.

Comparto con vosotros/as, mis amigos y amigas, el final de la carta que le escribí a mi abuela: En estos momentos me encantaría poder estar a tu lado, poder abrazarte y acariciar tu mano. Sólo puedo rezar por ti, sintiéndome más cerca. Sabiendo, como decía, que no es una despedida sino un hasta pronto. Pero no quería dejar pasar esta oportunidad para agradecerte una mínima parte de todo lo que me has dado. Debido a que sería imposible de decir no solo en estas líneas, sino también por muchas hojas que escribiera. De hecho, que seguro, no vas a dejar de seguir queriéndonos, así lo siento, ahora todavía más pudiendo descansar en la presencia de Dios. Cuidando del abuelo, que siempre ha estado a tu lado; de tus hijos, como de tus nietos. Porque terminarás de abrir tu corazón y en él estarán nuestros nombres. Nos volvemos a ver nuevamente, abuela. No me olvido y rezo por ti, tratando de estar también cerca de Dios a través de las personas que me pone al lado en estos momentos. Eternamente agradecido, abuela.

domingo, 9 de junio de 2013

779

“Me gritaban por cualquier cosa y me decían que no servía para nada, llegué a sentirme inútil a  pensar que no valía la pena vivir.” “Mi papá llegaba borracho y nos pegaba a veces hasta con un cable de luz y nos sacaba sangre, eso lo recuerdo y me duele el corazón porque me hizo mucho daño.” “Un día un hombre abusó de mí, llegué a la casa bien dolorida… después tuve que volver, porque en mi casa solo había para un tiempo de comida.” “Algunos hombres creen que nosotras podemos ser de su propiedad aprovechándose de nuestra situación.” Estas son desgraciadamente algunas de las expresiones de mujeres, que desde la adolescencia, han sufrido la violencia ejercida de una u otra forma por otros hombres.

Nunca antes para mí un número había generado tanto debate. La Ley 779, en contra de la Violencia contra las Mujeres. Siendo una respuesta a la sociedad patriarcal, que no solo acepta, sino que propicia la violencia contra las mujeres. Así se viene discutiendo desde hace escasos meses en toda Nicaragua; también en el seno de nuestras Comunidades de Base, en las cuales siempre luchamos por defender la dignidad de las personas más vulnerables.

Son varios los argumentos (injustificables) que se están dando para tratar de derogar esta ley. Algunos ejemplos son los que rebate Alba Luz Ramos, presidenta del CSJ. Respecto a que las mujeres se están aprovechando para afectar a los hombres o desquitarse de ellos sin más, ni más... "Puede ser que haya alguna loquita por ahí que quiera intentarlo. Pero la verdad es que si yo llego a decir me encontré aquí a fulano en el parqueo y me guiñó el pelo y me tiró al suelo, yo tengo que probarlo...", explicó. Otra de las mentiras es argumentar que solo por el hecho de ser mujer ya tienen ventaja sobre los hombres cuando llegan a interponer una denuncia y el hombre inmediatamente va preso. "Eso es falso. Uno de los grandes problemas que tenemos es que no les hacen caso a las mujeres y las mujeres terminan muertas". Esto es causa de revictimización que provocan las instituciones. De ahí la necesidad de promulgar esta ley de carácter especial.

Se ha llegado a decir que para qué una ley cuyos delitos ya se contemplan en el Código Penal; como si con el simple Código Penal, antes de la dicha Ley, no existiera la violencia. ¿No se dan cuenta que hacen falta más medidas y acciones que prevengan y luchen contra esta violencia? Siendo así ¿por qué no tratar de derogar el código de la niñez también? Es muy fácil e injusto decir esto y no hacer nada, siendo así indirectamente cómplice de más violencia. 

Incluso algunos se han aventurado a decir que dicha Ley está en contra de la Constitución. ¿Es qué la Constitución está por encima de la dignidad de las mujeres cuando son violentadas? Si la Constitución promulga la igualdad sin distinción entre todos los y las nicaragüenses, ¿no habrá que tratar de hacerla efectiva cuando en la realidad no se está dando? Quien piensa quedándose únicamente en la letra de la Ley y desatendiendo a la realidad humana, tiene actitudes propias de un fariseo. El cual sitúa la Ley por la Ley, por encima de la dignidad de las personas.

De este modo hay de aquellos que se sienten que provoca una clara desventaja de los hombres respecto a las mujeres, sintiendo la necesidad de defenderse. ¿De qué tienen que defenderse? ¿Es qué acaso van violentando de una u otra forma a las mujeres? Esta ley se aplicará a los hombres agresores, no a los que respetan y tratan a las mujeres en igualdad de derechos.

Jesús no fue imparcial, fue totalmente parcial poniéndose al lado de los más pobres y repudiados de su sociedad, entre los y las cuales, se encontraban las mujeres. ¿No habrá que seguir protegiendo a quienes son vulnerables? Ojalá podamos llegar a decir con él, algún día no muy lejano, a otras mujeres que se sienten violentadas por tanto machismo: “Mujer ¿dónde están? Nadie te ha  condenado. Yo tampoco te condeno”. (Cf. Jn. 8, 2-11).

Podríamos seguir desmontando más argumentos, pero para qué seguir aburriéndoos ante tanta ignorancia. Seguiremos luchando. Por lo cual, me despido invitándoos esta semana a que os solidaricéis con todas las mujeres, especialmente las que sufren. Por lo que os pido que mostréis vuestro apoyo mediante un sencillo gesto: colgando una foto vuestra en facebook con el siguiente cartel. Hacen falta más voces a favor de la dignidad y la igualdad, que presionen en contra de tanto argumento maltratador. Es necesario y urgente en Nicaragua.


domingo, 2 de junio de 2013

Invierno

¡Bienvenido a nuestro invierno, Pablito! Me dijo Jenny, amiga y compañera de casa, cuando cayó la primera lluvia hace casi un mes. Pero lo cual fue una falsa alarma ya que en el mes de mayo, supuestamente de lluvia, solo llovió un día más. Por lo que el calor del verano se prolongó un mes más hasta esta semana.

Si cuando vivía en Burgos se decía que allí solo había dos estaciones, la de invierno y la de “RENFE”. Por esta parte del mundo también solo hay dos estaciones, únicamente la de verano y la de invierno, propias de un clima tropical. Mientras que en España se disfruta de la primavera y de la próxima e inminente entrada en el verano, por acá ya podemos decir que nos encontramos en el invierno.


El verano, se caracteriza por un calor más intenso durante los meses de octubre-abril. Siendo este último el más caluroso y llegando a alcanzar durante varios días los 38 grados. Meses en los que suele ser muy extraño que llueva, sobre todo en la costa o por ejemplo en las regiones de la zona de Managua. Provocando al mismo tiempo una gran sequedad que será restituida cuando entra el invierno.

En cambio, el invierno, no se caracteriza por el frío como se pensaría en España. La principal diferencia son las lluvias (tropicales), que suelen caer todos los días. Ya sea a primera hora de la mañana o al caer la tarde, como ha empezado siendo esta semana. Alrededor de las 5.00h pm en adelante. (Aquí las horas de luz son igual durante todo el año, amaneciendo a las 6.00h am y anocheciendo a las 6.00h pm; por lo que no se da el cambio horario como en otras zonas del mundo). Como decía, puede empezar a llover y detenerse a la hora siguiente o hacerlo durante horas sin parar. Lluvia acompañada siempre con relámpagos, rayos y truenos. Todo lo cual hace que la sensación de humedad (relativa) del 90% aproximadamente, cuando no llueve y sale el sol sea mayor el calor que se siente. A pesar de que la temperatura es menor con respecto a la media del verano. Lo cual no hace que cambiemos de vestuario, ya que seguimos con la camiseta corta. Si que se añade llevar a mano siempre, por si acaso, un capote (chubasquero) o paraguas.


Por lo que la sequedad ha empezado a desaparecer haciendo que vayan saliendo los primeros brotes verdes en los palos (árboles), así como en la superficie. Lo cual me recuerda las palabras que me sugería mi amigo Fernando, a través de estas palabras, hace unos meses, respecto a mi proceso de integración y experiencia: “Mi Palabra será como la lluvia, que al caer desde el cielo, empapa la lluvia, la hace fecunda, la llena de vida“ (Cf. Is. 55, 10-11).

En estos días me he acordado especialmente de los amigos de Santo Domingo, la población y comunidad campesina de la que os he hablado anteriormente, en la cual estaban esperando con mucha ansia la lluvia en la última vez que estuve con ellos. Por lo menos espero que haya llovido, siendo un alivio para ellos a pesar de la funesta cosecha de café de este año a causa de la plaga de “la roya”.