sábado, 27 de abril de 2013

Seguimos...




Van pasando las semanas y tan solo llevo tres meses. Cada semana no deja de estar presente el trabajo de cada día en el Proyecto Samaritanas, siendo el lugar donde más horas paso. El cual siento que es el indicador más fiable de cómo va siendo mi integración, inculturación, en Managua. Siendo al mismo tiempo la normalidad que va marcando mis rutinas. De las cuales no dejo de aprender y sorprenderme de lo que supone vivir en otra cultura diferente.

Sin embargo en este día a día, esta semana, quería compartir un par de lugares y momentos que he podido conocer y disfrutar.


El primero fue el lunes, yéndonos  todos los compañeros/as de los proyectos a “La Makina” como día de convivencia y auto cuido, mejor dicho de “relajo”. Donde pudimos pasar el día no solo compartiendo la comida sino del refrescante baño que nos ofrecían sus cascadas de agua. Aquí me tenéis con Juan, de Córdoba, amigo y compañero de casa, que trabaja en el proyecto NATRAS (con Niños/as y Adolescentes Trabajadores).


El segundo fue el jueves, estando en el Centro Juvenil Don Bosco de Managua, presencia de los salesianos en la ciudad; en el Boulevard Don Bosco, toda una avenida dedicada al trabajo de los salesianos en Managua. Nada más entrar se puede encontrar varios murales pintados en las paredes: de Don Bosco, María Auxiliadora y Domingo Savio. Y también la síntesis de lo que supone la espiritualidad a lo que debe ser toda presencia salesiana: casa que acoge, patio en  el que se convive, parroquia que evangeliza y escuela que educa. Además del lema: “Buenos cristianos y honestos ciudadanos” (como aparecía).


Todo un complejo donde se alberga sobre todo la escuela técnica con un sin fin de ciclos formativos, desde mecánica y automoción a informática, ebanistería y repostería, entre otros. Conjuntamente con la parroquia, una librería y un buen número de pistas deportivas. Siendo invitados para presentar lo que hacemos como proyecto, con la finalidad de vincularnos estrechamente, facilitando la posibilidad y acompañamiento en becas técnicas para con los/as jóvenes con quienes trabajamos. Por un momento parecía como si me estuviera escuchando a mí mismo, siendo mucho lo familiar para mí. Todo un bonito reencuentro, sintiéndome muy unido por el simple hecho de estar allí a lo tanto recibido y a tantos amigos.


Por último no quería dejar de informaros y compartir, el aceptar y asumir, después de visitar a la dentista por una infección, que este martes que viene me quitarán las muelas del juicio. Comprobándome  al mismo tiempo limitado y con miedo, esta vez físicamente. Y a todo esto mi madre tan lejos… jajaja. Así que acordaros del día 30 de abril, como el día en que un hombre perdió el juicio en Managua. Menos mal que no soy el primero ni seré el último, por lo que espero no ser noticia en los informativos de por acá; pero sí espero que para vosotros, mis amigos y amigas. 

sábado, 20 de abril de 2013

LEÓN





El fin de semana pasado estuve visitando León, ciudad al norte próxima a la costa pacífica, a unos 90km de Managua. Lo que supone una hora y media aproximadamente. Gracias a las conexiones interlocales (o “intermortales”, por la forma de conducir con la que van) siendo furgonetas equipadas para llevar a unas 15 personas.

Allí pude encontrarme y compartir el “finde” con Pilar, compañera VOLPA de Entreculturas que se encuentra en Lechecuagos, una comunidad campesina muy cercana a la ciudad de León, apoyando una escuela que hay de Fe y Alegría.


León, junto con Granada, es una ciudad vital que conserva uno de los cascos coloniales más interesantes de Centroamérica. Siendo la cuna del liberalismo y progresismo histórico de Nicaragua, sobre todo contra las dictaduras de los Somoza. Fue erigida en las proximidades del poblado indígena de Sutiava. Fue capital de Nicaragua durante más de 300 años y ha sido propulsora de grandes artistas e intelectuales del país e internacionales. Siendo el escritor, Rubén Darío, el más renombrado.


Disfruté principalmente de la tranquilidad que me ofreció esta ciudad, comparada con Managua, donde no solo hay mucho más tráfico. Pero sobre todo de sus calles y edificios de más de un siglo, algunos de época colonial. Un ejemplo son sus iglesias y la catedral. También pude conocer la casa donde nació y se crío Rubén Darío, un museo de arte o el museo de folklore, mitos y leyendas. Este último se encuentra en una vieja cárcel usada durante las dictaduras, combinando parte de historia de la represión y vida de la cárcel, con los personajes míticos de muchas zonas de Nicaragua.


Pude conocer a Alicia y su madre, conocidas de Pilar, las cuales regentan un restaurante familiar que han abierto no hace mucho: “Teali”. Disfrutando de la comida preparada y de una siesta en hamaca, aprovechando la confianza. Ya por la noche también conocí a Ramin, voluntario suizo que trabaja con Pilar, invitándonos a su casa (en el barrio de Sutiava) a cenar unos espagueti a la boloñesa que estaban buenísimos; donde me quedé a dormir. Allí también se encontraba su pareja y otra compañera. Con la que ya había coincidido en el aniversario de Felipe y Mary Barreda en Estelí (entrada del blog que compartí hace dos semanas). Ya que ella está trabajando en la asociación Mary Barreda de León, cuya labor es muy parecida a la que desarrolla el proyecto Samaritanas en Managua, del que formo parte.


Después de esta cena tan entretenida entre unas y otros, nos invitaron a que selláramos nuestras manos con pintura en la cocina, como costumbre de los que han vivido o pasado por la casa. Dejando así mi marca en León para la posteridad.

Este viaje me ayudó también a desconectar del día a día y, como decía, aprovechar la tranquilidad que me ofrecía León. No así el calor que pasamos, el que no pasaba desde hacía mucho tiempo, pasando de los 40 grados. Por lo que me volví a Managua donde el calor era un poquito menos sofocante.


domingo, 14 de abril de 2013

Mangazo





El pasado jueves tuve un pequeño accidente que hizo que se me rompiera (o fregara, como se dice por aquí) la pantalla de mi ordenador. El cual me servía para conectarme a Internet, viendo así el correo y poder realizar el blog que nos une.

Fue cuando me disponía a aprovechar a escribir algunos correos, como ver otros pendientes, que tengo desde hace mucho tiempo. Para conectarme a Internet aprovecho la red wifi de las oficinas de los proyectos, que están cerca de casa. Justo al lado de ellas hay una mesa de piedra debajo de un árbol de mango (palo de mango). Donde siempre me he puesto para conectarme cuando puedo.

No es extraordinario ver mangos por todas partes, de hecho posiblemente sea el árbol frutal más extendido, tanto que no es extraño poder comerte un mango que encuentres o que haya caído recientemente. Caen cuando ya están lo bastante maduros en el árbol y cuando lo hacen es importante que no te pille debajo porque puede ser muy doloroso. Ya que un mango suele ser algo más grande que una pelota de tenis, pesando unas 5 veces más por lo menos. Cuando caen encima de los techos de las casas, todos de chapa de Zinc, hacen un ruido como si de una piedra se tratara. Cuando esto pasa, por ejemplo en el edificio de “Samaritanas”, con mis compañeras digo de broma la palabra: “¡mangazo!”.

Por lo que el jueves, cuando no llevaba ni 5 minutos, el mangazo me cayó a mí, mejor dicho al ordenador, golpeando la pantalla y después a mí de rebote. Cuando oí el ruido del mango caer no me dio tiempo a apartarme, por lo que fue inevitable el susto, comprobando lo que había pasado. Al principio me fastidió (por no decir otra palabra), aunque no sabía muy bien como sentirme. No sabía si llorar o reír. Recogiendo el ordenador, volví a la casa contando a Vanesa y Jenny lo que me había sucedido. Sentado en la mesa, con cara de tonto, pensaba cuántas cosas hay más importantes que mi ordenador. Cuántos nicas no pueden disponer de un ordenador personal. Al igual Jenny me recordaba cuantas situaciones no tienen solución, como el fallecimiento de una madre de unos destinatarios de su proyecto, dejando 5 hijos huérfanos.

Todo ello me ayudo más aún a relativizar lo que me había sucedido. Fue entonces cuando me levanté y volví al lugar del “mangazo”, buscándolo para volver riéndome. Más tarde me lo comí tan ricamente. Ciertamente este mango me supo tan diferente a otros que me he comido, siendo al mismo tiempo el más caro; lo disfruté especialmente. Comprobando otra lección, lo importante que es aprender a reírse de las cosas que a uno le pasan. ¡Bienaventurados los que se ríen de sí mismos! 


domingo, 7 de abril de 2013

Felipe y Mary Barreda



El pasado viernes fue todo un regalo para mí, con pleno sentido pascual, como para todos los que participamos en el XXX aniversario del martirio de Felipe y Mary Barreda. Matrimonio de Estelí (localidad en el centro de Nicaragua) que dio su vida por mejorar las condiciones de vida de su barrio y comunidad.

Fue un día muy intenso donde se dieron cita muchas personas que trabajamos en diferentes organizaciones vinculadas al estilo y acción que ellos procuraron promover (CEB, Asociación Mary Barreda y el INSFOP, siendo este último el que fundaron antes de su muerte para mejorar la vida de los vecinos de su Barrio Omar Barrios). Pero sobre todos, allí se encontraban varios familiares suyos, como muchos amigos y amigas que los conocieron y compartieron sus mismas luchas. Alguno de ellos logró escapar cuando los capturaron. Personas todas que siguen todavía más comprometidas siguiendo su ejemplo. ¡Cuánta vida multiplicada!

 El día comenzó con una presentación y ofrenda floral en la casa comunitaria  que ellos ayudaron a habilitar. Para después reunirnos todos y todas en el centro de capacitación del INSFOP, donde  se realizó una presentación de cada una de las organizaciones y se dio paso a varios testimonios de quienes comentaba. También había un conjunto musical que ambientó la jornada con algunas de las canciones que más les gustaban a Felipe y Mary. El cual también acompañó la Eucaristía, con los cantos de la “Misa campesina”, presidida por Fernando Cardenal, también amigo suyo.

Felipe y Mary fue un matrimonio que vivió su fe de una forma muy comprometida, no dejando de ser su acción fiel reflejo de la fe que vivían. “La construcción del Reino no se hará sola, necesita de conductores y conductoras que debemos ser. Y esta etapa, este peldaño será imperfecto, siempre tendrá fallas. Pero, lo importante es que nuestro grano de arena sea puesto con todo nuestro amor a la humanidad que es lo que potencia nuestra acción”, palabras de Mary en una de sus cartas a sus vecinos y compañeras del barrio Omar Torrijos.

En la Navidad de 1983, también escribió Mary antes de ser capturados en la plantación de café, torturados y asesinados más tarde. "Se me presentó la oportunidad de hacerles (a ustedes) un buen regalo, aunque eso significará no estar (esta navidad) en cuerpo con ustedes, y es la oportunidad de ir a cortar café en estos 10 días y por eso estoy escribiendo estas cuatro letras, para decirles que aquí tienen mi obsequio para todos ustedes: Lo podo que yo pueda cortar, será traducido o mejor dicho convertido, en salud, vestido, techo, caminos, preparación, comida... Y por eso voy a cortar café con todo el amor y el entusiasmo de que sea capaz, y que sepan que en cada grano que corte, estarán presentes cada uno de sus rostros, el de los niños y aún de los que no conozco. Y por ese amor que les tengo, sé que el señor multiplicará lo que cortemos".

Murieron por ser cristianos y no renunciar a sus ideas que se posicionaban también al lado de los pobres, en contra de aquellos que querían acabar con la Revolución campesina que había traído la libertad a Nicaragua, después de más de 40 años de dictadura.

Además de guardarme algunos granos de café de esta tierra como recuerdo significativo. Aquí comparto la acción de gracias que preparé para finalizar la celebración, como alguno de los cantos, que nos recuerda que nuestra oración tiene que ir acompañada por nuestras obras.

Te damos gracias, Señor, por las vidas de Mary y Felipe;
ellos son un testimonio vivo de entrega por la vida.
Constructores, conductores y facilitadores de tu Reino.
Luces que han vencido a la muerte.
Una Pascua para todas nosotras y nosotros,
Pudiendo ser portadores de vida a tantas personas:
mujeres, niñas y niños que han sufrido y siguen sufriendo
la violencia de las muchas formas que se alimenta.
Por ello queremos hacer tu voluntad, para tener vida… vida en abundancia.


lunes, 1 de abril de 2013

Misiones



¡Ante todo, feliz Pascua! Todavía cansado y con algo de pulgas, no podía faltar a mi compartir contigo. Esta semana pasada, semana santa, participé en lo que llaman “misiones” las Comunidades Eclesiales de Base (CEB’s). Dividiéndonos los jóvenes de las mismas para ir a animar y acompañar en lo que fue la semana santa a algunas de las comunidades campesinas del norte de Nicaragua. Concretamente estuve con Bismar y Jenny en la comunidad de Santo Domingo desde el miércoles hasta ayer.

Allí fui acogido por la familia de don Nicolás en su casa de adobe y chapa, con la que pude hacer vida durante esos días; la cual me ha ofrecido lo mejor que tenían. Participando y animando al mismo tiempo en la comunidad, dentro de las celebraciones y actividades en torno de la semana santa: Jueves santo, vía crucis, adoración de la cruz, visita al huerto de las CEB’s, visitando las casas, actividades con los jóvenes y niños/as, vigilia pascual… Conociendo al mismo tiempo algunas de las realidades y situaciones que estaba viviendo la comunidad, algunas de cruz y otras de resurrección.

Creo que me he fortalecido y aprendido cosas nuevas. Dándome cuenta todavía más que recibo más de lo que doy. La primera lección fue que hay que ir ligeros de equipaje, recordando lo que dice Jesús de que debemos ir ligeros de equipaje (Mc. 6, 7-13). Por la humildad y dignidad en la que viven los vecinos de Sto. Domingo. Dándome cuenta de cuántos apegos tenemos a tantas cosas materiales que pensamos que son imprescindibles. Sustituyendo lo importante en nuestra vida, el que nos da VIDA.

Por otra parte, el poder participar y hacer vida con esta familia como con la comunidad, me ayudó todavía más a acercarme y conocer la pobreza en la que viven. No existen pobres, existen personas que sufren la pobreza. Pudiendo así marcar un hito en mi comprensión y trabajo con las personas que la sufren. Descubriendo que no basta ayudar, hace falta compartir la vida para comprendernos así mutuamente y mirarnos a los ojos como iguales, como lo que somos, personas; para así construir juntos un futuro compartido.

En definitiva, el poder comer, dormir, celebrar, relacionarme, estar… con y como ellos, durante estos días, me ha humanizado un poquito más en mi caminar; y por ende me ha evangelizado, reconociendo y reconociéndome ante Dios. Pudiendo así ser conscientes y agradecer juntos, como les decía en nuestra despedida: “Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla” (cf. Mt. 11, 25-30). Este evangelio se hacía vida ante mis ojos en ese momento, como durante estos días. Fue entonces cuando comprendí mejor porque debía ir ligero de equipaje, para retomar toda la VIDA que me esperaba.


Aquí os dejo esta canción que me ha motivado desde hace meses... Y que después de esta experiencia mi corazón la comprende un poquito mejor. Quién sabe, a lo mejor en Pentecostés me envíe el Espíritu por estos caminos de Dios.