sábado, 3 de mayo de 2014

Temblores

“Estamos aprendiendo a bailar con la tierra”, esta fue la expresión de un amigo, en tono de broma, después de los primeros temblores hace ya más de tres semanas. Está bien ponerle a toda situación un tono de humor, siempre nos ayuda, aunque la situación sísmica más bien nos ha puesto a todos y todas en estado de alerta. Tal y como nos encontramos hasta hoy, y no es para menos. Con esto no quiero alarmar más a las personas que desde lejos, al no estar aquí, os habéis preocupado al ver o escuchar las noticias que os llegaban. Sino que lo hago pensando en las familias que por ahora se quedaron sin casa, porque sobre todo los daños han sido materiales.


Estos no han sido los únicos temblores que se han sentido en el tiempo que llevo en Nicaragua, ya había vivido otros. Pero la novedad para mucha gente, más para mí, ha sido la repetición y sobre todo la intensidad tan seguida de todos los que ha habido en este período de tiempo. Cada día un montón, muchos de ellos imperceptibles, como pasa casi siempre en la región. Muchas personas esperaban un temblor más fuerte que el que desoló la ciudad de Managua en 1972. Y así fue, pero por suerte en ningún lugar habitado como en aquella ocasión. De ahí que durante varias noches muchas personas salieran con sus colchones a dormir a las calles o los patios de sus casas, escuchando por la radio todas las recomendaciones y la intensidad de los temblores que se repetían.

La preocupación no solo viene actualmente por los temblores, en lo que viene siendo la reactivación de sus 18 fallas que cruzan la ciudad, sino también por la posibilidad de erupción de dos volcanes: el Apoyeque y el Momotombo, a 7 y 40km respectivamente de Managua.


Por ahora, además del estado de alerta, nerviosismo e incertidumbre que ha provocado el estar en esta situación, se lamenta el fallecimiento sobre todo a causa de problemas cardiacos, teniendo yo constancia de 2 personas; así como las personas heridas que no llegarán a las 50. Como decía los daños sobre todo han sido materiales, lamentando así el daño de más de 4000 casas aproximadamente, ya que las revisiones de los ingenieros de la alcaldía ha continuado. Lo que ha supuesto el desalojo de unas 2000 personas también aproximadamente. Muchos de estos edificios en que vivían estas personas eran de los que quedaron en pie, en estado ruinoso, del terremoto de 1972.


Lógicamente, como suele pasar quienes sufren estas consecuencias son las personas más vulnerables, quienes ocupaban estas casas. Y cuantas más ahora que no serán demolidas tendrán que ser reparadas. Así también se han dañado varios centros de salud y un hospital que será demolido. Por suerte, el gobierno está haciendo un gran trabajo por tratar de reubicar a todas las familias lo antes posible en otras casas, en lugares más seguros. Mientras seguirán alojados en diferentes albergues que se han preparado para acogerles.

Por ahora seguimos en alerta pero llevando una vida normal, con todas las precauciones posibles. Quienes más lo están sintiendo ahora mismo son los niños/as y adolescentes que no han reanudado sus clases desde antes de semana santa.


Ante toda esta situación el susto no nos lo quita nadie, sobre todo después del primer temblor que la ciudad se convirtió en un caos durante unas horas. Ahora ya más tranquilos porque los temblores prácticamente casi ni se sienten. Salvo lo comentado arriba estamos todos/as bien, esperando que se quite el estado de alarma ya que se siente todo aparentemente tranquilo. Toda esta vivencia nos está dejando la sensación sentirnos y reconocernos frágiles y vulnerables, dependientes y pendientes no solo de la Madre Tierra. Más en mi caso en el que siento que en mi tiempo de estar en Nicaragua  se me ha removido el piso, haciéndome sentir así al vivir muchos contrastes que me están haciendo ver el mundo y la vida de forma diferente. Cuánto más después de este período en el que literalmente se mueve todo, digo yo, ¿no les parece? ; ) Una experiencia más que no olvidaré.  

1 comentario:

  1. Hola Pablo, espero que la tierra se calme, todo cese pronto, y todas las personas de allá puedan volver a la normalidad. Un beso.
    Chabeli

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