jueves, 25 de diciembre de 2014

Navidad encarnada

¡Feliz Navidad! Por medio de esta entrada y de esta canción de la Misa Campesina tan de Nicaragua que la introduce. Me imagino que a estas horas algunos/as estarán descansando de tantas celebraciones y puntos de encuentro de estos días, que no han terminado.


Hace ya casi dos meses, estando Jenny en casa me preguntó dónde iba a pasar la Nochebuena, ya que en Nicaragua la celebración de la Navidad sobre todo se concentra en esa noche. La pregunta me llamó la atención por la anterioridad con la que me lo hacía, algo un tanto inusual para una nicaragüense en este caso. Pero qué curioso porque esa misma tarde acercándome a visitar a las niñas y adolescentes de Casa Hogar, quienes viven allí por haber sufrido diferentes formas de violencia dentro de sus familias. Una de las muchachas, ya bien adolescente, me comentó que no quería que llegara Navidad. Casi gritando en su dolor: “¡Navidad no es nada!”. Contándome que no tendría regalos y no pudiendo así estrenar nada nuevo, para seguir insistiéndo de nuevo con los regalos y el llamado Santaclós. Una pregunta, por mi parte diciendo su nombre, ¿qué celebramos en Navidad? ¿No es qué Jesús nació? Y lo hizo pobremente en un establo. ¿No será que Jesús se identifica hoy más con vos que conmigo? No con ello pretendía justificar su situación, ni quiera Dios (expresión popular nicaragüense). Después de mirarme a los ojos me comentó con lágrimas en sus ojos que lo que de verdad le apenaba era no poder estar con su familia. En ese momento tuve la respuesta a la pregunta de Jenny, interiormente ya sabía dónde iba a pasar esa noche especial y en compañía de quien.

Mientras tanto en la pequeña Nicaragua estas fechas no solo es final de año con la celebración de la Navidad sino también final de curso, por lo que es de suponer cuántas actividades y celebraciones de cierre se llevan a cabo en el mes de diciembre: la Purísima y su gritería, un sin fin de promociones, cierre de actividades y proyectos, evaluaciones, informes, etc. que suman al cansancio y la alegría de todo un año recogiendo sus frutos... y llegamos a la Navidad, tiempo también de un merecido descanso para quienes podemos.


Entre tantos eventos y actividades, ya por último la celebramos antes del 24 y 25 de diciembre, en las CEB y sus Proyectos sociales por la Vida. Primero conjuntamente con las Comunidades y después con los equipos de trabajo de los Proyectos. En ambas no quisimos de dejar de recordarnos una de nuestras principales convicciones al creer en el Dios de la Vida y motivaciones en nuestro compromiso y trabajo diario: la lucha por la vida digna de los niños/as y sus familias. Enmarcado en el lema de nuestra celebración para este año. Porque como nos recordaba uno de los carteles que nos sirvió de arreglo: De nada sirve que veneremos con mucha devoción las imágenes de Cristo de yeso que tenemos en nuestra Navidad sino respetamos y cuidamos a los niños/as de carne y hueso que caminan solitos en la calle y los mercados.


En la celebración de las Comunidades, como comentaba, se quiso poner el acento en la niñez y cómo Jesús nace hoy en tantos niños/as que son migrantes, que son maltratados en sus familias, que tienen que salir a la calle a trabajar para poder subsistir… y así tantas situaciones que les privan de sus derechos como niños/as. También hubo un recuerdo especial de los 43 jóvenes, estudiantes para maestros, desaparecidos en México. Símbolo y realidad de toda la violencia estatal que se está dando en todo el país. Se representó mediante la virgen de Guadalupe haciéndose la siguiente pregunta:


Con los Proyectos se celebró en la misma clave, realidad con la que trabajamos y acompañamos diariamente desde los cinco Proyectos sociales. En tono festivo nos pudimos felicitar la Navidad de igual forma, no solo cenando sino intercambiando entre todos/as unas felicitaciones que habíamos llevado cada uno/a.


Y llegó el 24 por la noche, Nochebuena. Llegando a Casa Hogar, las niñas y adolescentes estaban contentas por poder celebrar esa noche aunque fuera sencillamente. Al poquito rato de llegar, preguntando cómo estaban decían que estaban un poco tristes  por no poder pasar la Navidad con sus familias, pero no por ello querían dejar de pasar alegre esa noche. Se habían vestido seguramente con sus mejores mudas, al igual que yo. Y en seguida empezamos con algunos juegos y dinámicas para después esperar a las 12 y felicitarnos la Navidad, contándonos historias mientras mirábamos las estrellas.


Antes bien fue la cena, preparada un poquito más especial que otras veces, introducida con una sencilla e improvisada bendición en la que todas expresaron diferentes motivos por los que pidieron y dieron gracias. Se acordaron de la salud de Arnaldo, de sus familias y de las familias de todo el personal de la Casa, de las personas que quizá no puedan disfrutar un sencillo plato como el que teníamos delante, y de aquellas que están o se sienten solas… Y al dar gracias una de ellas dijo que daba gracias a la vida y por poder celebrar este momento, sintiendo a todas como sus hermanas, siendo consciente del dolor de no poder contar con su familia. En esto una de ellas se puso a llorar y en seguida todas fueron a abrazarla y a darle ánimos, expresándole que no podían verla triste porque la sentían como su hermana. Que querían disfrutar de esa noche lo más alegre posible, a pesar de la tristeza que podían tener. ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de Dios es hermano mío y hermana y madre”. (Mc. 3, 33-35). Cuánta alegría y sobre todo esperanza y gratitud en medio de tanta violencia y dolor en sus cortas vidas.

Aquí os dejo deseándonos y recordando juntos el sentido de la Navidad compartida; por medio de este poema que nos dejó Arnaldo, ahorita delicado de salud. Feliz…

Navidad con Pan es Navidad con amor.
Navidad con Pan es Navidad compartida.
Navidad con Pan es Navidad solidaria.
Navidad con Pan es decir no al consumismo comercial
y a su Santaclós regordete.
Navidad con Pan es compartir el Pan y la vida
con la Causa de los pobres.
Navidad con Pan sencillamente es Navidad
con Jesús pobre y con los pobres
compartiendo el Pan y la Vida.
¿Dónde nace Dios hoy?

lunes, 15 de diciembre de 2014

Con las manos en la masa


Volteado de piña, torta básica, marmoleada, de chocolate, de leche, donuts, deditos de queso, bocados de jamón, picos, pañuelos de hojaldre, trenzas de queso, galletas, relámpagos, maletas de pollo… ¿Qué te apetece? Son algunas de las recetas aprendidas en el curso de repostería y decoración básica de la Escuela Técnica de las CEB. En el que estoy desde hace un buen tiempo, semana tras semanas, conjuntamente con otras/os compañeros/as, algunas de ellas mujeres que participan en el Proyecto Samaritanas también.


Esta experiencia, que todavía no ha terminado, no solo ha sido de aprendizaje sino al mismo tiempo de encuentro, de interrelación, de intercambio popular entre unos y otras en este proceso de aprendizaje compartido. En el que receta tras receta nos íbamos apoyando y animando unos/as a otros/as, reconociendo y alegrándonos de nuestros pequeños progresos que poco a poco iban dando a luz.


El sábado pasado fue nuestra promoción en la que pudimos celebrar este éxito compartido en el proceso de despertar esta nueva habilidad en nosotros/as. Con toda solemnidad fuimos pasando uno/a tras otro/a, llamados/as por nuestros nombres, a retirar nuestro diploma como reconocimiento de todo lo aprendido. Qué importante es celebrar nuestra vida, compartirla así, y contar también con oportunidades para poder hacerlo. Más a veces en medio de tanta violencia, dolor y sufrimiento, y de tanta pobreza. Cómo de necesario es dignificar la vida como también celebrarla. Mirar a la vida con esperanza y reconocer al mismo tiempo las alegrías que en ella van aconteciendo, y por supuesto compartirlas. Estos éxitos no solo en repostería, sino en las otras especialidades promocionadas, se traducen ahora en nuevas oportunidades reales para las personas egresadas.

Jesús fue invitado a una casa a comer, en medio del almuerzo uno de los invitados al escuchar a Jesús le dijo: Feliz el que tome parte en el banquete del Reino de Dios. Jesús respondió: Un hombre dio un gran banquete e invitó a mucha gente. A la hora de la comida envió a su sirviente a decir a los invitados: Vengan que ya está todo listo. Pero todos los invitados comenzaron a disculparse y excusarse. […] Al regresar, el sirviente se lo contó al su patrón, que se enojó. Pero dijo al sirviente: Sal enseguida a las plazas y calles de la ciudad y trae para acá a los pobres, inválidos, a los ciegos y cojos. 



Jesús vivió apasionado por el Reino. Un Reino de amor, de paz, de verdad, de justicia. Experimentando y anunciando el amor de un Padre-Madre que sentía especial compasión por los excluidos de su sociedad. Hoy ese Reino sigue anunciándose y construyendo, siendo esperanza viva especialmente para los más débiles y vulnerables de los barrios de nuestras ciudades, de los desheredados de nuestro mundo global. Donde desde lo pequeño, lo de cada día, se lucha por una vida más digna para todos y todas, empezando especialmente por ellos y ellas. ¿Quiénes son y dónde están? ¿No será ese banquete a celebrar también la vida, una vida digna y abundante para todos y todas, sin exclusiones de ningún tipo?

Poder compartir los resultados de cada receta con las personas más cercanas, ya sea en el Proyecto, en la casa, en la Comunidad, en la propia Escuela… Ha sido como un agradecimiento por tanta acogida, cercanía y cariño recibido desde que llegué hace casi dos años. Siempre he encontrado una mano amiga que se alegrado conmigo cuando he estado contento, que me ha hecho sonreír cuando lo he necesitado o llorado juntos cuando ha habido problemas y momentos difíciles también. Por eso es importante celebrar la vida, porque cada momento forma parte de la misma.


Y hablando de celebrar la vida, el lunes anterior cumplí años, también una adolescente de Casa Hogar como otros amigos de las CEB, como Jorge. Juntos preparamos una pequeña fiesta en la que sus compañeras de la Casa se encargaron de una sencillo y cariñoso arreglo en la casa, también de una piñata; mientras por otro lado preparábamos dos pasteles para endulzarnos y alegría de todos/as los niños/as de Valle Dulce. Cuántas ganas de celebrar la vida, cuánta ilusión y alegría, a pesar de las muchas y variadas situaciones de violencia que han sufrido en su corta vida. Alegría también todavía mayor fue la celebración de sus primeras comuniones la semana anterior. ¿No formará parte todo esto de la alegría del evangelio de la que habla Francisco? ¿No estaremos preparando ya ese banquete? Volvió el sirviente y dijo: Señor, se hizo cuanto mandaste y todavía queda lugar. (Lc. 14, 15-22)


Después de casi dos años doy gracias, no solo por las personas que nos encontramos cada día y el camino que compartimos lleno de luchas y sueños, sino también por no dejar de sorprenderme ante la realidad, de cuestionarme y de no permanecer indiferente ante las condiciones de vida de las personas. Es muy necesario no perder de vista la profunda invitación, y ya convicción, de empezar a ser levadura en la masa. Al mirar la realidad es muy difícil no conmoverse y sobre todo no comprometerse, sin mancharse las manos... hay que mojarse. No podemos quedarnos mirando desde lejos y no hacer nada solo lamentándonos. Pongámonos con las manos en la masa, hacen falta más manos, porque el pan que ellos/as no tienen nos convoca (parafraseando a Dom Pedro Casaldáliga). 


Ya se acerca la Navidad… ¿cómo la vamos a celebrar? No olvidemos que Jesús nació pobre, y esto es más que una escena bonita y bucólica de un belén... Es una realidad hoy día. ¿En quiénes se sigue encarnando Dios hoy? ¿A quiénes sigue invitando a su gran banquete? Aquí nos despedimos por medio de este simpático villancico que tanto suena en estos días por Nicaragua, hasta la próxima entrada de “La Quinta”.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Yo asumo el reto

Que este año en Nicaragua más de 63 mujeres hayan sido asesinadas por hombres cercanos a su entorno familiar no es coincidencia. Y esta no es la única forma de violencia que se practica hacia las mujeres, cualquier tipo de maltrato físico, psicológico como económico, es violencia. Los celos, presionar o piropear a una mujer refiriéndose a ella como si de un objeto se tratara, también es violencia. Cualquier forma de discriminación hacia una mujer es violencia, y se llama machismo. Según la ONU, una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido algún tipo de violencia en su vida.

Algo está pasando y pasa desde hace mucho, parece ser… desde que el mundo es mundo se dice en ocasiones... Queriendo así justificar muchas veces el orden (o desorden) conocido de las cosas. Transmitiéndonos que no se pueden cambiar y tan solo nos queda resignarnos a que la realidad siga siendo siempre así… No, la hemos heredado, la hacemos y seguimos permitiendo que siga siendo así, simplemente cuando no hacemos nada por cambiarla. Para transformar la realidad, tan solo hay que comenzar… desde el día a día, lo pequeño y a veces insignificante, pero que siempre depende de cada uno/a de nosotros/as. No desde la teoría o los discursos, sino desde la práctica cotidiana. Lo cual siempre exige el cambio primero en nosotros/as mismos/as. Tampoco podemos esperar siempre que vengan otros/as a cambiarla, porque será entonces cuando difícilmente cambie. Y si lo hace, quizá no será el cambio esperado por ti o por mi. Quien dice no me meto no me comprometo, no se puede llamar ni buen cristiano, ni buen ciudadano. (Mons. Romero). Así parece lamentablemente que pasa con todo. Pero… ¿con todo?


En el caso de la violencia, en concreto la provocada por el machismo, no es solo responsabilidad de las mujeres hacer ese cambio, sino también de los hombres. Desde la Red de Masculinidad por la Equidad de Género (REDMAS), de la que ya os he hablado en algún momento, la cual viene trabajando por nuevas formas de ser hombre, sin recurrir al machismo y la violencia que éste genera. Formas alternativas donde se valore una relación de respeto, de afecto, de responsabilidad, donde se pueda reconocer que la violencia no es un problema difícil, lo difícil es llevar a la práctica cotidiana nuevas maneras de relacionarnos. Como se presentó en la última campaña lanzada hace más de un mes: “Yo asumo el reto”. Siendo el compromiso de los hombres por el fin de la violencia hacia las mujeres. Recordando ahora que el pasado día 25 de noviembre fue el Día Internacional.


La campaña con motivo de 8º aniversario de la Red, apoyada por Save the Children y FED/HIVOS, se está implementando por 10 municipios de Nicaragua. Difundida principalmente por las organizaciones que son miembros de REDMAS, como es el Proyecto Samaritanas de las CEB. Teniendo una duración de 3 meses y pretendiendo llegar a unos 10.000 hombres con edades entre los 20 y 35 años. Por medio de diferentes actividades y medios: jornadas de reflexión, talleres en barrios y comunidades, también con la policía nacional, programas y viñetas de radio, spot publicitarios, canciones, redes sociales, camisetas, pegatinas…


Comenzó el 17 de octubre, donde todos los hombres de la REDMAS que pudieron se concentraron en diferentes puntos públicos de Managua, portando pancartas en las que hacían referencia a cambiar los golpes, los piropos, los celos y todo tipo de presiones… por otras formas más respetuosas y positivas en relación a las mujeres. Recuerdo cómo algunos hombres nos increpaban e insultaban porque sentían cuestionado su machismo, en cambio otros como otras tantas mujeres aplaudían la iniciativa. Después se tuvo el lanzamiento de la campaña en un hotel con todos los medios de comunicación presentes. Allí mismo Deborah Gradison, procuradora de los Derechos Humanos de las Mujeres en Nicaragua, dijo: Entre menos hombres asuman su responsabilidad, mayor es la carga para las mujeres en la lucha por erradicar la violencia.


El lunes pasado, en “la reunión de los lunes” como decimos en las CEB de Managua, se tuvo en el Proyecto Samaritanas y aprovechamos para presentar la campaña y sobre todo para rezar, reflexionar y comprometernos una vez más juntos/as,en esta importante cuestión que es de todos/as. Por medio de varias actividades vivenciales propias de la pedagogía de la educación popular, tan presente en nuestros espacios. Terminando con una alegre piñata cargada de regalos y mensajes positivos en contra de la violencia. Como decía Pablo Neruda: Podrán cortar las flores, pero no podrán detener la primavera.


Quizá desde otros lugares del mundo se considere que el problema del machismo ya está más que superado. Creo que pensarlo así sería un error. Es posible que los procesos sean otros, pero nunca está demás revisar cuántos micro-machismos todavía no se han superado en nuestro vivir de cada día. Y si alguien se considera de vuelta al respecto, que se pregunte cuántas formas de violencia cultural y estructural hay presentes en su contexto. Desde este enfoque positivo, en relación a esta cuestión como a tantas otras que necesitan nuestra respuesta por pequeña que sea, venciendo todo individualismo e indiferencia, te pregunto, y vos ¿asumes el reto?

lunes, 10 de noviembre de 2014

Fe y Alegría


Hace más o menos de un mes pude participar en el encuentro ignaciano en Managua que suele haber periódicamente, en esta ocasión se presentó Fe y Alegría y su quehacer con motivo de su 40 aniversario en Nicaragua, compartiéndolo con las otras obras de la Compañía de Jesús. No era algo nuevo, al menos para mí, ya que formando parte de Entreculturas (EC) son muchos los aportes que muchos/as voluntarios/as han realizado y realizan en toda América. Siendo Fe y Alegría y Entreculturas dos grandes aliadas mutuamente, una apuesta para el cambio en el mundo desde la educación.


Un ejemplo cercano no solo es el de mis amigos/as y compañeros/as de la delegación de EC en Valencia, como a nivel nacional; en Nicaragua es el de Mari Cruz hace dos años y Pilar actualmente, que desde el programa VOLPA de EC han participado formando parte de esta red de educación popular. Así también otros/as voluntarias, algunos de ellos/as: Toni, Chabeli, Fernando, Gertru, María, Javier… que han podido nutrirse en los meses de julio-agosto gracias al otro programa de voluntariado internacional: Experiencia Sur.


¿Pero qué es Fe y Alegría? Para quienes no conozcan a partir de ahora ya sabrán que Fe y Alegría es un movimiento de educación popular y promoción social, extendida por toda Latinoamérica, que trabaja preferencialmente para, por y con los pobres para contribuir a través de su educación y promoción social a la transformación de la sociedad. Fundamentada en la fe, la justicia, la equidad, la libertad, la participación, la fraternidad, el respeto a la diversidad y la solidaridad. Donde las personas desde sus contextos tengan la oportunidad de educarse, desarrollar plenamente sus potencialidades y vivir con dignidad.

En Nicaragua cuenta con una red de 22 centros educativos en 9 municipios del país. Donde también se han iniciado procesos de formación con docentes y estudiantes de diferentes colegios públicos, siendo también un aporte con la intención de mejorar la calidad educativa del sistema escolar público.


Pilar me comentaba que siente, desde la vida compartida y entregada en estos casi dos años que vamos a llevar en Nicaragua, cómo Fe y Alegría es fiel a sus inicios trabajando para los más vulnerables y excluidos. Así se refiere uno de sus lemas más significativos: “Allí donde termina el asfalto”. Ahora vamos a preguntarle algo más a ver que nos dice, dándole las gracias por esta entrevista.


Pilar, ¿Cuál está siendo tu quehacer como voluntaria VOLPA en estos dos años? Mi experiencia de voluntariado en Lechecuagos, comarca rural del departamento de León, en la que está enclavado el Núcleo Escolar Rural (NER)  donde acompaño a 11 escuelas de Preescolar, es una clara opción de ello. La mayoría de las familias no tienen un trabajo estable y se vive en una situación de pobreza y vulnerabilidad por  el tipo de familias disfuncionales  en las que se desenvuelve su día a día. Muchos niños viven con su “mamita” (abuela),  incluso con alguna tía mientras sus padres están en Costa Rica, España o los Estados Unidos.

¿Qué está suponiendo el formar directamente parte de Fe y Alegría Nicaragua? Destacaría lo que ha supuesto para mí descubrir el Movimiento de  Educación popular y promoción  social. No solo se transmiten conocimientos sino que se pretende que los estudiantes y personas de la comunidad sean verdaderos agentes de cambio. El empoderamiento del que tanto oía lo he entendido en toda su dimensión. Se trata de que cada  sujeto sea el protagonista de su historia y se le ayuda para que desarrolle un pensamiento crítico que le permita participar como ciudadano en su entorno e intervenir en la transformación de la sociedad y por lo tanto luchar por un mundo más justo y equitativo. Desde una Educación de este tipo,  se trata de desarrollar  las cuatro dimensiones de la persona: Espiritual,  Ética,  Social y  Política y Ciudadana. Esto le permite tomar conciencia de su realidad y por lo tanto asumir el compromiso de trabajar en su comunidad para transformarla. Esta sensibilidad hacia el colectivismo me ha llamado poderosamente la atención pues es algo que yo creo que hemos perdido en nuestro país.


Desde esta experiencia, ¿cuál sientes que ha sido uno de tus mayores aprendizajes? Yo venía dispuesta a compartir y a servir, pero acompañar es mucho más importante. Es ponerte a caminar  al lado del otro, desde un plano horizontal. Entender sus concepciones desde su contexto. Es ser guía para que sea el acompañado el que valore cuáles son sus fortalezas y debilidades,  y  desde su proceso personal de transformación realice los cambios que considere necesarios para desarrollar sus capacidades para co-construir  con él. A mí esto me ha costado y me sigue costando porque mi cultura me ha enseñado a ser muy directiva.

¿Hay alguna persona que te haya marcado? Conocer al Padre Fernando Cardenal en Casa Nacional (que es como se llama a la oficina de Fe y Alegría  de Nica) ha sido para mí muy importante. Porque he tenido de la oportunidad de comprobar lo que es el COMPROMISO,  LA COHERENCIA y no perder LA ESPERANZA en mi quehacer diario. Su vitalidad, su entusiasmo, sus ganas de trabajar y seguir luchando por CAMBIAR VIDAS, es una continua fuente de motivación para mí.


Por último no os perdáis este vídeo…

martes, 28 de octubre de 2014

Rancho Grande


Llama poderosamente la atención cómo un pueblo con sus escasos recursos está unido y organizado luchando por la defensa de la vida de su comunidad y de la Madre Tierra. Como diría Mons. Romero: “Porque un Pueblo desorganizado es una masa con la que se puede jugar, pero un Pueblo que se organiza defiende sus valores, su justicia, es un Pueblo que se hace respetar”.


Nuestro Festival Ecológico quiso unirse a esta resistencia, para alzar la voz conjuntamente en contra de esta injusticia. Como decíamos en uno de nuestros lemas: “Porque creemos en el Dios de la vida, luchamos por la vida”. Y lo hicimos de forma pacífica, sin amenazas, como las que sufren hasta de muerte los líderes comunitarios de Rancho Grande. Primero con una vigilia cultural con un sin números que querían representar de forma creativa y de denuncia lo que está pasando. Pudiendo también ser entrevistados por una pequeña radio que tiene la comunidad, en la Iglesia católica, siendo como una pequeña ventana al mundo que les ayuda a alzar su voz cuando precisamente se les limita el ejercicio de sus derechos.


Todo esto bajo el agua, porque no cesó de llover en todo momento. Al día siguiente, 12 de octubre, se celebró la Eucaristía encarnando lo que está viviendo el Pueblo de Rancho Grande, pudiendo compartir y celebrar nuestra unión y resistencia frente esta injusticia y cómo la Iglesia se posiciona al lado de los más pobres, en el lugar que verdaderamente le corresponde.



Inmediatamente después hubo una concentración a las puertas de la Iglesia proclamando las diferentes proclamas en contra de la minería. Comprobando como cada vez llegaban más personas, incluso campesinos que caminaron casi cuatro horas porque no les querían dejar llegar al núcleo de Rancho Grande. Llegando a ser más de 2000 personas las que nos reunimos y salimos a las calles del municipio.


“¡No a la minería de muerte, sí a la vida!” Este es el sentimiento, sin miedo, que nos encontramos en Rancho Grande. Toda una comunidad unida y organizada que nos recibió con los brazos abiertos. Tanta fue su gratitud para con nosotros/as que nos ofrecieron todo lo que estaba en su alcance, desde todos los tiempos de comida hasta abrir las puertas de la Iglesia para poder dormir en sus bancas. Hasta nos entregaron antes de irnos sacos llenos de diferentes frutas. Desde lo poco que tienen nos dieron de lo que es suyo, no de lo que les sobra.


Hace 500 años fueron los españoles, después lo intentaron los ingleses y estadounidenses, hoy en relación a esta cuestión son los canadienses… entre otras multinacionales. Mañana, si los nicaragüenses no resisten, serán los chinos con su gran canal ya proyectado sobre Nicaragua. Para qué la cooperación para el desarrollo de los pueblos, ¿no es de hipócritas quitar el pan a un pueblo para después brindarle las migajas? ¿Qué mundo queremos?



Como nos decía el sacerdote de Rancho Grande: “No podrán comprar nuestras conciencias, nuestra dignidad, nuestra vida… Alcen la voz, cuenten al mundo entero lo que está pasando aquí.” ¿Puede haber algo más indecente que comprar la vida de los más pobres? A veces pienso que los que pertenecemos a las sociedades del consumo y la sobreabundancia ya nos vendimos hace mucho tiempo. No podemos seguir callando, acomodados/as en nuestro individualismo y consumismo, durmiendo nuestras conciencias y corazones, siendo indiferentes ante tantas injusticias que hay en nuestro mundo. “Buscad el Reino de Dios y su justicia, lo demás se os dará por añadidura.” (Mt. 6, 33)

martes, 21 de octubre de 2014

Minería de muerte


Qué diferente nos han contado la historia. Con esta canción los jóvenes de Managua representaron lo que significa la Resistencia Indígena, Negra y Popular, actualizando al mismo tiempo con lo que sigue sucediendo en todo el continente. En este caso, representado en el símbolo que es realidad de lo que está pasando en Rancho Grande donde este año se realizó, entre el 11 y 12 de octubre, el IV Festival Juvenil Ecológico de las Comunidades Eclesiales de Base.

Después de más de siete horas de viaje de ida, y otras tantas de vuelta. Montaña adentro del departamento de Matagalpa, donde se termina el asfalto, llegamos a Rancho Grande una representación de casi 200 jóvenes de las diferentes regiones, en las que están repartidas las CEB en Nicaragua. Conforme nos iban quedando pocos kilómetros para llegar al núcleo demográfico de Rancho Grande, podíamos ver como en la mayoría de las casas estaba pintado un claro mensaje: “No a la minería en Rancho Grande”.


¿Pero qué le pasa a este pueblo? ¿Por qué no quieren la minería? La conocida crisis económica en EE.UU. y Europa ha hecho que los inversionistas por miedo de guardar sus ganancias en monedas empezaron a invertir en oro. Esto ha supuesto que la onza de oro se haya más que duplicado su valor. Lo cual ha provocado lo que se ha denominado la “segunda fiebre del oro”. A partir de esta situación las empresas mineras del oro se han expandido por todo el mundo para conseguir este mineral a cualquier costo, sin importar el daño que causan, instalándose en países que no son los suyos. Así es como empresas transnacionales tratan de hacerse con los recursos a cualquier precio, comprando intereses y ofreciendo las migajas de su explotación con el bonito rostro de promesas inciertas. Mientras se presentan como bandera del progreso usando los argumentos de generar más empleos y aportar para el bienestar.

Esto es mentira, y cuando se da, es ridícula la inversión en el bienestar de la comunidad, si se comparan con todos los beneficios que se van a obtener de la explotación minera. En Nicaragua la minería no llega a los 20,000 empleos, siendo de mala calidad y mal pagados; de los cuales tan solo 4,000 están afiliados a la Seguridad Social. Relegando al mismo tiempo la minería artesanal. Las empresas mineras llegan a llevarse el oro sin importar lo que pase después. Cuando se acaba el oro se abandonan las minas y los pocos empleos que generan se terminan. Quedando los suelos destruidos, el agua contaminada y la gente enferma en consecuencia, no pudiendo retomar tampoco su producción agraria y ganadera que desde siempre, dentro de su pobreza, les ha permitido vivir. Por lo que el oro sinónimo de riqueza lo que genera  es más pobreza todavía.

 
La minería divide y engaña a las comunidades bajo promesas que no se cumplen. Tratando de convencer, e incluso comprar, a los gobiernos municipales y líderes comunitarios para que acepten el proyecto; para que así estos se encarguen de convencer a sus paisanos. Pavimentación de las calles, granos para la siembra, piñatas, televisiones, pintura para las iglesias… Atrayendo así a todos los sectores de la población con pequeños regalos y enfrentándolos con aquellos que se oponen a la minería. Si ya se ha dado la concesión, la minera aprovechará para extraer todo el oro en el menor tiempo posible, explotando raudos y veloces para no dar tiempo a que haya una reacción mayor en contra, y después marcharse. Y se dicen “socialmente responsables”… presionando así a unos y a otros para vender sus tierras o simplemente dar su brazo a torcer.

La minería no ayuda a las comunidades, ¿y al medio ambiente? Ni mucho menos porque lo destruye, más si se trata de la minería a cielo abierto, ya que es irreversible. La desforestación indiscriminada, la destrucción total del suelo y la deformación del paisaje hacen que se destruyan montañas enteras. Estas y la contaminación de las aguas, son algunas de sus principales consecuencias. Las aguas quedan contaminadas por el cianuro que se utiliza para el procesamiento del oro, necesitando de grandes pilas que la retienen, pero que acaban contaminando pozos y ríos que usa cotidianamente la comunidad para poder vivir. Es más, el agua que necesita en un día una gran explotación minera, la consume en veinte años una familia campesina.
 
 
Esto es lo que está a punto de suceder en Rancho Grande si nadie lo remedia, la minera canadiense B2Gold ya ha mostrado su interés y está poniendo su empeño para conseguir esta explotación. Se ve que en el Cerro Pavón de Rancho Grande hay mucho oro. La Alcaldía, como otras instancias políticas del país se han puesto ya de su lado; mientras que todo el pueblo de Rancho Grande se opone porque son conocedores de las dramáticas consecuencias que supondría. Resistiendo a la presión de unos y otros para ceder a estos intereses. El “pequeño David” contra “los Goliat” de este mundo.

lunes, 6 de octubre de 2014

Palabra


Cuántas cosas podemos decir con palabras, pero cómo las palabras son insuficientes para explicar lo que va dentro. Y hablar de la Palabra es hacerlo de esa presencia invisible que todo lo envuelve y al mismo tiempo empapa la Tierra sin darnos muchas veces cuenta. Y es que la realidad, la vida, está preñada de su presencia.


El mes de septiembre no solo es el mes de la patria en Nicaragua, sino también el mes de la Biblia. Donde un gran número de comunidades, sobre todo evangélicas salen a la calle, resaltando la importancia que tiene la Palabra de Dios en sus vidas. Las CEB nos significamos con alegría, entusiasmo y esperanza, sintiéndonos Palabra de Dios encarnada, siendo Buena Noticia para y por los Pobres desde las realidades concretas que vivimos. Qué importante que todo lo que digamos, lo vivamos; y que todo lo que vivamos tenga sentido, un sentido nuevo, lleno de esperanza. Encarnado con todo lo que somos, siendo así Palabra viva.


Así pues el pasado 28 de septiembre salimos a las calles desde los diferentes barrios de Managua, donde sitan las diferentes Comunidades, para congregarnos en El Periodista, una de las rotondas de la ciudad. Allí ataviados con nuestras mantas alzamos nuestra voz denunciando nuevamente la violencia a la que se ven abocadas muchas mujeres en Nicaragua y en el mundo entero. Anunciando, como Jesús, la dignidad de la que es portadora y poseedora la mujer. Del mismo modo no quisimos olvidarnos de la situación de nuestros hermanos y hermanas migrantes, especialmente de los niños/as, de la destrucción de la Madre Tierra o el consumo desenfrenado que hace más profundas las diferencias entre pobres y ricos en este mundo. Porque predicación que no denuncia la injusticia, no es predicación del Evangelio, como decía Mons. Romero y proclamamos.


Durante el transcurso de la tarde cada Comunidad se fue presentando y saludando a las demás para concluir con una oración donde se puso de manifiesto y escenificó creativamente cada una de las realidades antes mencionadas.



Curiosamente, quería comentar un pequeño detalle, durante gran parte de esta celebración nos acompañó, sentándose al frente, un “borrachito”, como parece que viene siendo costumbre cuando hacemos otros actos públicos. Casi ya terminando se acercó a dos compañeras y les dio las gracias por haberle dejado estar allí con la gente, participando a su manera, porque casi siempre allí donde va lo echan cuando se acerca a cualquier grupo. Esa tarde no fue así para él, marchándose contento que hubiera sido así. Dónde están los excluidos de nuestras sociedades en nuestras celebraciones, en nuestras comunidades, en nuestras vidas.



¿Te imaginas, no haber celebrado nunca tu cumpleaños? ¡Es más, no saber qué día naciste! Esta es la triste realidad de Marisela (usamos otro nombre por confidencialidad), mujer residente en uno de los barrios más peligrosos de Managua, con una discapacidad intelectual, no sabe ni leer ni escribir y su vida desde que nació está marcada por la extrema pobreza y la violencia. Desde hace meses llega casi todos los días con su hijo de diez años a tomar una medicación por unos problemas que tienen de salud. Al preguntarle qué edad tenía nunca sabía responder y un día al investigar descubrimos entre unos papeles y otros el día de su nacimiento, 29 de septiembre. Ese día no podíamos dejarlo pasar desapercibido por lo que le preparamos por sorpresa en el Proyecto, a ella y su hijo, la comida que más les gusta. Al llegar, su hijo leyó unas letras dispuestas para ambientar, diciéndole a su madre: Ya sos un poco más ancianita, ¡Feliz cumpleaños mamá! ¡Con treinta años, ya es una anciana para su hijo! ¡Será posible! No dejamos todos de reír, mientras las lágrimas no dejaban de caer sobre su rostro, abrazándonos uno a uno felicitándola. Qué fuerza tuvo esa expresión en los labios de un niño, de su hijo. Emotivo fue también cuando al final apareció una gran torta de chocolate con velas, preparada con mucho cariño, que casi las apaga con sus lágrimas. Después de cantarle las Mañanitas, se le invitó a pedir un deseo… quién sabe lo que pediría... Pero lo que sí sé, es que ese día al volver a casa posiblemente alguien se sintió la persona más querida en el mundo, amada por Alguien para quien sí es importante y que a pesar de los pesares, en medio de su pobreza siempre está ahí, con ella y su hijo… Y la Palabra se hizo carne. (Jn. 1, 14)

sábado, 20 de septiembre de 2014

Cruces


Las hay pequeñas y grandes, pesadas y livianas, de madera y hasta de oro… ¿Quién no ha visto nunca una cruz? Un símbolo que, en principio, no debería de dejarnos de recordar la muerte detrás de tantas situaciones de violencia y sufrimiento. ¿Qué puede llegar a significar la cruz? Todo un Dios condenado y crucificado. Qué difícil es acercarnos a este misterio cuando vemos que sirve para adornar las más lujosas Iglesias o en el pecho musculoso de un futbolista llamado Cristiano Ronaldo. Siento que Dios no necesita más recordatorios públicos de una religión triunfante, ya tiene las nuestras; lo que ha querido desde siempre es que seamos compasivos, como él lo es. Él está presente, en primer lugar, en el dolor y sufrimiento de cada persona, de los que más sufren. Cuando uno siente cerca y acompaña el dolor de otras personas, tiene la posibilidad de sentir “con”.  Así la pobreza duele, más cuando se conoce de cerca, con nombres y apellidos: de tus amigos/as, vecinos/as, de las mujeres y niños/as y adolescentes de Samaritanas… Ante tantas situaciones desesperanzadoras uno no puede dejar de preguntarse, de cuestionarse e incluso de revelarse… y no entender nada.



Y es que Dios no deja de hacerse presente en la hondura de la realidad de cada día, pequeño y a veces insignificante. Es así como quiere seguir encarnándose en los hombres y mujeres, también de hoy, en sus alegrías y sus penas. Identificarse con nosotros/as en nuestra vida llena de alegría y buenas noticias, pero también de dolor, tristeza e injusticias.


Cuando se vulnera la dignidad humana de cualquier persona, hasta lo más profundo del más pobre, ¿no estamos crucificando a ese mismo Dios que murió hace dos mil años? Quizá no hayamos dejado de crucificarlo desde entonces. También los cristianos cuando somos indiferentes al dolor ajeno, no sintiendo compasión, como Jesús, por los que más sufren. Aliándonos con un sistema que no dejará de oprimir al que menos tiene, culpabilizarlo y privándolo de oportunidades.


Me pregunto con vosotros/as ¿no es el mismo Jesús el que acompaña todo este sufrimiento y da la vida hasta el extremo por cada uno/a, especialmente de los/as más débiles? Habiendo sufrido él la cruz, siento que padece con cada uno/a, nos apoya y nos lleva en sus brazos en nuestros momentos de dolor compartido. Esta la única esperanza que puedo tener ante tanto ante tanta violencia y desesperanza. Como leía hace poco en una ilustración: Cuando veo con esperanza, veo más allá; cuando veo con amor, veo más profundo; cuando veo con fe, veo todo nuevo.


A colación, el viernes anterior, en el taller con un grupo de mujeres que participan en el Proyecto, profundizamos sobre el conocimiento de la Ley 779. Ley que quiere prevenir y condenar la violencia de género, en todas sus formas, contra las mujeres y niños/as en Nicaragua. En el diálogo se compartieron algunas de esas cruces, las cuales son llaves para la esperanza y la resurrección. Aquí las comparto con ustedes, como la imagen que tenemos en Samaritanas:

Para mí el mayor maltrato que he sufrido fue que el que era padre de mis hijos me sacará desnuda a la calle. Me he dado cuenta que podemos defendernos y denunciar la violencia, tenemos dignidad.


Cuando era chiquita sufrí violencia, dentro y fuera me pegaban. Por lo que ahora debemos protegernos y proteger a nuestros hijos contra toda violencia, dentro y fuera.


Yo sufrí estar sometida a la voluntad del que era mi marido, él era mayor que yo. Me criaron haciéndome pensar que tenía que ser así. Mi voz no valía, no tenía derecho a nada. Para mí lo normal era no tener derechos. Me sirvió mucho llegar a Samaritanas para darme cuenta que mi persona valía. He aprendido a defenderme.


Para cerrar el taller se les invitó a ponerse de pie en círculo, agarrarse por los hombros y mirándose unas a otras los rostros, a sus ojos… Se oyó un susurro: Ustedes no está solas. Tienen derechos. Derecho a una vida digna sin violencia. Como un grito salió al mundo desde la salita de talleres de Samaritanas.



Después de todo este tiempo… espero que cuando vea una cruz siga sintiendo tu presencia cercana, también en los momentos difíciles. Quizás ver las cruces de otros y otras nos ayude a darnos cuenta que estás justo ahí, con ellos. Quizás todo ello nos lleve a darnos cuenta de cuánto nos amas Jesús; especialmente a los empobrecidos de este mundo, el tuyo. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo. Jn. 3, 17.