Hace algunas entradas compartía mi reflexión acerca del hambre. Hambre es
lo que está provocando la sequía por el fenómeno meteorológico del “Niño” que
está retrasando el invierno caracterizado siempre por las intensas y frecuentes
lluvias. Por lo que ha alterado el precio de muchos alimentos básicos como los
lácteos, el tomate y el tan cotidiano frijol, entre otros. Sobre todo las consecuencias
donde más se están notando es en los departamentos, donde la economía como sus
gentes, en su mayoría campesina.
Desde la CNP (Cristianos Nicaragüenses por los Pobres) la articulación
nacional de las Comunidades Eclesiales de Base en Nicaragua, ya se ha puesto
con las manos en la masa para tratar de apaliar esta crítica situación.
Realizando una estimación por las zonas en las que estamos organizados, la suma
de familias afectadas sería de unas 350. Para cubrir está necesidad apremiante
haría falta de conseguir la estimación de casi 10.000€. Desde las Comunidades urbanas
en la medida de nuestras posibilidades, estamos ya ahorrando o privándonos de
algo, para tratar de apoyar en la medida de nuestras posibilidades a nuestros
hermanos y hermanas que peor lo están pasando en el campo. Mucha es la
necesidad puesto la primera cosecha ya se perdió en casi todos los lugares.
En relación a esta cuestión de vital importancia, desde hace tiempo quería presentaros
el proyecto Olla Común de las CEB de Managua. Una pequeña respuesta, quizá
insignificante en relación a todo el mundo, pero no por ello importante.
Este proyecto surge en 1990 y va dirigido a niños y niñas entre las edades
de 6 meses a 6 años, que estén en estado de desnutrición o en riesgo. También
se atiende a madres lactantes y embarazadas para ayudarle desde antes al niño o
a la niña desarrollarse desde el vientre de la madre. Queriendo responder al
crecimiento integral de salud, nutrición y educación en los grupos de población
de alto riesgos, como la niñez, madres lactantes y embarazadas.
Las Ollas, como popularmente lo conocemos en las Comunidades, apuesta así a
la recuperación nutricional por medio de una merienda balanceada enriquecida a
base de soya (soja), aportando el 50% de nutrientes que el niño/a necesita.
Se cuenta en los comedores un espacio para realizar un proceso de Educación
integral de la niñez con problemas de desnutrición. Este proceso va
especialmente en la línea de su desarrollo físico y mental, en particular la
estimulación temprana y de su capacidad psicomotora; y de relación positiva
entre los mismos niños y niñas con los jóvenes y adultos, promoviendo su
desarrollo por medio de un preescolar. Desarrollando talleres y actividades que
ayudan a las mamás y a las personas del equipo a mejorar el nivel de vida de su
familia y al mismo tiempo fortalecer el Programa Nutricional. Actualmente
existen 6 comedores en barrios muy pobres, con una población de 340 niños y
niñas, y una organización de 60 madres voluntarias, siendo estas un motor
importante para el desarrollo del Proyecto y al mismo tiempo de la comunidad.
Finalmente, para cerrar esta entrada os dejo con este poema de Gabriela
Mistral que se llama “Mi nombre es “Ahora”. Que el Dios de la Vida, que tiene
especial debilidad por lo pequeño, por las y los más pequeños, dé pan a quienes
no tienen y hambre de Él a quienes afortunadamente tenemos pan.
Estamos enfermos de muchos errores
y de otras tantas culpas,
pero nuestro peor delito se llama
abandono de la infancia,
descuido de la fuente de vida.
Muchas de las cosas que necesitamos
pueden esperar. El niño no.
El está haciendo ahora mismo sus huesos,
creando su sangre y ensayando sus sentidos.
A él no se le puede responder “mañana”
El se llama “ahora”.
Felicidades por la labor que estáis realizando. Pablo un abrazo muy grande.
ResponderEliminarSanti Arribas.
Muchas gracias Santi!!! Otro abrazo grande como vos, además de la gran labor que realizas cada día, con cada joven. Por cierto, muchas felicidades por tu cumple, aunque atrasadas, pero felicidades. Pablo
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