domingo, 23 de noviembre de 2014

Yo asumo el reto

Que este año en Nicaragua más de 63 mujeres hayan sido asesinadas por hombres cercanos a su entorno familiar no es coincidencia. Y esta no es la única forma de violencia que se practica hacia las mujeres, cualquier tipo de maltrato físico, psicológico como económico, es violencia. Los celos, presionar o piropear a una mujer refiriéndose a ella como si de un objeto se tratara, también es violencia. Cualquier forma de discriminación hacia una mujer es violencia, y se llama machismo. Según la ONU, una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido algún tipo de violencia en su vida.

Algo está pasando y pasa desde hace mucho, parece ser… desde que el mundo es mundo se dice en ocasiones... Queriendo así justificar muchas veces el orden (o desorden) conocido de las cosas. Transmitiéndonos que no se pueden cambiar y tan solo nos queda resignarnos a que la realidad siga siendo siempre así… No, la hemos heredado, la hacemos y seguimos permitiendo que siga siendo así, simplemente cuando no hacemos nada por cambiarla. Para transformar la realidad, tan solo hay que comenzar… desde el día a día, lo pequeño y a veces insignificante, pero que siempre depende de cada uno/a de nosotros/as. No desde la teoría o los discursos, sino desde la práctica cotidiana. Lo cual siempre exige el cambio primero en nosotros/as mismos/as. Tampoco podemos esperar siempre que vengan otros/as a cambiarla, porque será entonces cuando difícilmente cambie. Y si lo hace, quizá no será el cambio esperado por ti o por mi. Quien dice no me meto no me comprometo, no se puede llamar ni buen cristiano, ni buen ciudadano. (Mons. Romero). Así parece lamentablemente que pasa con todo. Pero… ¿con todo?


En el caso de la violencia, en concreto la provocada por el machismo, no es solo responsabilidad de las mujeres hacer ese cambio, sino también de los hombres. Desde la Red de Masculinidad por la Equidad de Género (REDMAS), de la que ya os he hablado en algún momento, la cual viene trabajando por nuevas formas de ser hombre, sin recurrir al machismo y la violencia que éste genera. Formas alternativas donde se valore una relación de respeto, de afecto, de responsabilidad, donde se pueda reconocer que la violencia no es un problema difícil, lo difícil es llevar a la práctica cotidiana nuevas maneras de relacionarnos. Como se presentó en la última campaña lanzada hace más de un mes: “Yo asumo el reto”. Siendo el compromiso de los hombres por el fin de la violencia hacia las mujeres. Recordando ahora que el pasado día 25 de noviembre fue el Día Internacional.


La campaña con motivo de 8º aniversario de la Red, apoyada por Save the Children y FED/HIVOS, se está implementando por 10 municipios de Nicaragua. Difundida principalmente por las organizaciones que son miembros de REDMAS, como es el Proyecto Samaritanas de las CEB. Teniendo una duración de 3 meses y pretendiendo llegar a unos 10.000 hombres con edades entre los 20 y 35 años. Por medio de diferentes actividades y medios: jornadas de reflexión, talleres en barrios y comunidades, también con la policía nacional, programas y viñetas de radio, spot publicitarios, canciones, redes sociales, camisetas, pegatinas…


Comenzó el 17 de octubre, donde todos los hombres de la REDMAS que pudieron se concentraron en diferentes puntos públicos de Managua, portando pancartas en las que hacían referencia a cambiar los golpes, los piropos, los celos y todo tipo de presiones… por otras formas más respetuosas y positivas en relación a las mujeres. Recuerdo cómo algunos hombres nos increpaban e insultaban porque sentían cuestionado su machismo, en cambio otros como otras tantas mujeres aplaudían la iniciativa. Después se tuvo el lanzamiento de la campaña en un hotel con todos los medios de comunicación presentes. Allí mismo Deborah Gradison, procuradora de los Derechos Humanos de las Mujeres en Nicaragua, dijo: Entre menos hombres asuman su responsabilidad, mayor es la carga para las mujeres en la lucha por erradicar la violencia.


El lunes pasado, en “la reunión de los lunes” como decimos en las CEB de Managua, se tuvo en el Proyecto Samaritanas y aprovechamos para presentar la campaña y sobre todo para rezar, reflexionar y comprometernos una vez más juntos/as,en esta importante cuestión que es de todos/as. Por medio de varias actividades vivenciales propias de la pedagogía de la educación popular, tan presente en nuestros espacios. Terminando con una alegre piñata cargada de regalos y mensajes positivos en contra de la violencia. Como decía Pablo Neruda: Podrán cortar las flores, pero no podrán detener la primavera.


Quizá desde otros lugares del mundo se considere que el problema del machismo ya está más que superado. Creo que pensarlo así sería un error. Es posible que los procesos sean otros, pero nunca está demás revisar cuántos micro-machismos todavía no se han superado en nuestro vivir de cada día. Y si alguien se considera de vuelta al respecto, que se pregunte cuántas formas de violencia cultural y estructural hay presentes en su contexto. Desde este enfoque positivo, en relación a esta cuestión como a tantas otras que necesitan nuestra respuesta por pequeña que sea, venciendo todo individualismo e indiferencia, te pregunto, y vos ¿asumes el reto?

lunes, 10 de noviembre de 2014

Fe y Alegría


Hace más o menos de un mes pude participar en el encuentro ignaciano en Managua que suele haber periódicamente, en esta ocasión se presentó Fe y Alegría y su quehacer con motivo de su 40 aniversario en Nicaragua, compartiéndolo con las otras obras de la Compañía de Jesús. No era algo nuevo, al menos para mí, ya que formando parte de Entreculturas (EC) son muchos los aportes que muchos/as voluntarios/as han realizado y realizan en toda América. Siendo Fe y Alegría y Entreculturas dos grandes aliadas mutuamente, una apuesta para el cambio en el mundo desde la educación.


Un ejemplo cercano no solo es el de mis amigos/as y compañeros/as de la delegación de EC en Valencia, como a nivel nacional; en Nicaragua es el de Mari Cruz hace dos años y Pilar actualmente, que desde el programa VOLPA de EC han participado formando parte de esta red de educación popular. Así también otros/as voluntarias, algunos de ellos/as: Toni, Chabeli, Fernando, Gertru, María, Javier… que han podido nutrirse en los meses de julio-agosto gracias al otro programa de voluntariado internacional: Experiencia Sur.


¿Pero qué es Fe y Alegría? Para quienes no conozcan a partir de ahora ya sabrán que Fe y Alegría es un movimiento de educación popular y promoción social, extendida por toda Latinoamérica, que trabaja preferencialmente para, por y con los pobres para contribuir a través de su educación y promoción social a la transformación de la sociedad. Fundamentada en la fe, la justicia, la equidad, la libertad, la participación, la fraternidad, el respeto a la diversidad y la solidaridad. Donde las personas desde sus contextos tengan la oportunidad de educarse, desarrollar plenamente sus potencialidades y vivir con dignidad.

En Nicaragua cuenta con una red de 22 centros educativos en 9 municipios del país. Donde también se han iniciado procesos de formación con docentes y estudiantes de diferentes colegios públicos, siendo también un aporte con la intención de mejorar la calidad educativa del sistema escolar público.


Pilar me comentaba que siente, desde la vida compartida y entregada en estos casi dos años que vamos a llevar en Nicaragua, cómo Fe y Alegría es fiel a sus inicios trabajando para los más vulnerables y excluidos. Así se refiere uno de sus lemas más significativos: “Allí donde termina el asfalto”. Ahora vamos a preguntarle algo más a ver que nos dice, dándole las gracias por esta entrevista.


Pilar, ¿Cuál está siendo tu quehacer como voluntaria VOLPA en estos dos años? Mi experiencia de voluntariado en Lechecuagos, comarca rural del departamento de León, en la que está enclavado el Núcleo Escolar Rural (NER)  donde acompaño a 11 escuelas de Preescolar, es una clara opción de ello. La mayoría de las familias no tienen un trabajo estable y se vive en una situación de pobreza y vulnerabilidad por  el tipo de familias disfuncionales  en las que se desenvuelve su día a día. Muchos niños viven con su “mamita” (abuela),  incluso con alguna tía mientras sus padres están en Costa Rica, España o los Estados Unidos.

¿Qué está suponiendo el formar directamente parte de Fe y Alegría Nicaragua? Destacaría lo que ha supuesto para mí descubrir el Movimiento de  Educación popular y promoción  social. No solo se transmiten conocimientos sino que se pretende que los estudiantes y personas de la comunidad sean verdaderos agentes de cambio. El empoderamiento del que tanto oía lo he entendido en toda su dimensión. Se trata de que cada  sujeto sea el protagonista de su historia y se le ayuda para que desarrolle un pensamiento crítico que le permita participar como ciudadano en su entorno e intervenir en la transformación de la sociedad y por lo tanto luchar por un mundo más justo y equitativo. Desde una Educación de este tipo,  se trata de desarrollar  las cuatro dimensiones de la persona: Espiritual,  Ética,  Social y  Política y Ciudadana. Esto le permite tomar conciencia de su realidad y por lo tanto asumir el compromiso de trabajar en su comunidad para transformarla. Esta sensibilidad hacia el colectivismo me ha llamado poderosamente la atención pues es algo que yo creo que hemos perdido en nuestro país.


Desde esta experiencia, ¿cuál sientes que ha sido uno de tus mayores aprendizajes? Yo venía dispuesta a compartir y a servir, pero acompañar es mucho más importante. Es ponerte a caminar  al lado del otro, desde un plano horizontal. Entender sus concepciones desde su contexto. Es ser guía para que sea el acompañado el que valore cuáles son sus fortalezas y debilidades,  y  desde su proceso personal de transformación realice los cambios que considere necesarios para desarrollar sus capacidades para co-construir  con él. A mí esto me ha costado y me sigue costando porque mi cultura me ha enseñado a ser muy directiva.

¿Hay alguna persona que te haya marcado? Conocer al Padre Fernando Cardenal en Casa Nacional (que es como se llama a la oficina de Fe y Alegría  de Nica) ha sido para mí muy importante. Porque he tenido de la oportunidad de comprobar lo que es el COMPROMISO,  LA COHERENCIA y no perder LA ESPERANZA en mi quehacer diario. Su vitalidad, su entusiasmo, sus ganas de trabajar y seguir luchando por CAMBIAR VIDAS, es una continua fuente de motivación para mí.


Por último no os perdáis este vídeo…