lunes, 15 de diciembre de 2014

Con las manos en la masa


Volteado de piña, torta básica, marmoleada, de chocolate, de leche, donuts, deditos de queso, bocados de jamón, picos, pañuelos de hojaldre, trenzas de queso, galletas, relámpagos, maletas de pollo… ¿Qué te apetece? Son algunas de las recetas aprendidas en el curso de repostería y decoración básica de la Escuela Técnica de las CEB. En el que estoy desde hace un buen tiempo, semana tras semanas, conjuntamente con otras/os compañeros/as, algunas de ellas mujeres que participan en el Proyecto Samaritanas también.


Esta experiencia, que todavía no ha terminado, no solo ha sido de aprendizaje sino al mismo tiempo de encuentro, de interrelación, de intercambio popular entre unos y otras en este proceso de aprendizaje compartido. En el que receta tras receta nos íbamos apoyando y animando unos/as a otros/as, reconociendo y alegrándonos de nuestros pequeños progresos que poco a poco iban dando a luz.


El sábado pasado fue nuestra promoción en la que pudimos celebrar este éxito compartido en el proceso de despertar esta nueva habilidad en nosotros/as. Con toda solemnidad fuimos pasando uno/a tras otro/a, llamados/as por nuestros nombres, a retirar nuestro diploma como reconocimiento de todo lo aprendido. Qué importante es celebrar nuestra vida, compartirla así, y contar también con oportunidades para poder hacerlo. Más a veces en medio de tanta violencia, dolor y sufrimiento, y de tanta pobreza. Cómo de necesario es dignificar la vida como también celebrarla. Mirar a la vida con esperanza y reconocer al mismo tiempo las alegrías que en ella van aconteciendo, y por supuesto compartirlas. Estos éxitos no solo en repostería, sino en las otras especialidades promocionadas, se traducen ahora en nuevas oportunidades reales para las personas egresadas.

Jesús fue invitado a una casa a comer, en medio del almuerzo uno de los invitados al escuchar a Jesús le dijo: Feliz el que tome parte en el banquete del Reino de Dios. Jesús respondió: Un hombre dio un gran banquete e invitó a mucha gente. A la hora de la comida envió a su sirviente a decir a los invitados: Vengan que ya está todo listo. Pero todos los invitados comenzaron a disculparse y excusarse. […] Al regresar, el sirviente se lo contó al su patrón, que se enojó. Pero dijo al sirviente: Sal enseguida a las plazas y calles de la ciudad y trae para acá a los pobres, inválidos, a los ciegos y cojos. 



Jesús vivió apasionado por el Reino. Un Reino de amor, de paz, de verdad, de justicia. Experimentando y anunciando el amor de un Padre-Madre que sentía especial compasión por los excluidos de su sociedad. Hoy ese Reino sigue anunciándose y construyendo, siendo esperanza viva especialmente para los más débiles y vulnerables de los barrios de nuestras ciudades, de los desheredados de nuestro mundo global. Donde desde lo pequeño, lo de cada día, se lucha por una vida más digna para todos y todas, empezando especialmente por ellos y ellas. ¿Quiénes son y dónde están? ¿No será ese banquete a celebrar también la vida, una vida digna y abundante para todos y todas, sin exclusiones de ningún tipo?

Poder compartir los resultados de cada receta con las personas más cercanas, ya sea en el Proyecto, en la casa, en la Comunidad, en la propia Escuela… Ha sido como un agradecimiento por tanta acogida, cercanía y cariño recibido desde que llegué hace casi dos años. Siempre he encontrado una mano amiga que se alegrado conmigo cuando he estado contento, que me ha hecho sonreír cuando lo he necesitado o llorado juntos cuando ha habido problemas y momentos difíciles también. Por eso es importante celebrar la vida, porque cada momento forma parte de la misma.


Y hablando de celebrar la vida, el lunes anterior cumplí años, también una adolescente de Casa Hogar como otros amigos de las CEB, como Jorge. Juntos preparamos una pequeña fiesta en la que sus compañeras de la Casa se encargaron de una sencillo y cariñoso arreglo en la casa, también de una piñata; mientras por otro lado preparábamos dos pasteles para endulzarnos y alegría de todos/as los niños/as de Valle Dulce. Cuántas ganas de celebrar la vida, cuánta ilusión y alegría, a pesar de las muchas y variadas situaciones de violencia que han sufrido en su corta vida. Alegría también todavía mayor fue la celebración de sus primeras comuniones la semana anterior. ¿No formará parte todo esto de la alegría del evangelio de la que habla Francisco? ¿No estaremos preparando ya ese banquete? Volvió el sirviente y dijo: Señor, se hizo cuanto mandaste y todavía queda lugar. (Lc. 14, 15-22)


Después de casi dos años doy gracias, no solo por las personas que nos encontramos cada día y el camino que compartimos lleno de luchas y sueños, sino también por no dejar de sorprenderme ante la realidad, de cuestionarme y de no permanecer indiferente ante las condiciones de vida de las personas. Es muy necesario no perder de vista la profunda invitación, y ya convicción, de empezar a ser levadura en la masa. Al mirar la realidad es muy difícil no conmoverse y sobre todo no comprometerse, sin mancharse las manos... hay que mojarse. No podemos quedarnos mirando desde lejos y no hacer nada solo lamentándonos. Pongámonos con las manos en la masa, hacen falta más manos, porque el pan que ellos/as no tienen nos convoca (parafraseando a Dom Pedro Casaldáliga). 


Ya se acerca la Navidad… ¿cómo la vamos a celebrar? No olvidemos que Jesús nació pobre, y esto es más que una escena bonita y bucólica de un belén... Es una realidad hoy día. ¿En quiénes se sigue encarnando Dios hoy? ¿A quiénes sigue invitando a su gran banquete? Aquí nos despedimos por medio de este simpático villancico que tanto suena en estos días por Nicaragua, hasta la próxima entrada de “La Quinta”.

4 comentarios:

  1. Si señor, Pablo, con las manos en la masa. ¿Somos masa, somos levadura, somos quien amasa? Un poco de todo imagino, según las circunstancias.
    Hagamos la vida más dulce a todos. Otra manera de decir que vivamos una Navidad auténtica.
    Con cariño.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias Javier, como siempre, por tus palabras. No dejemos de ser levadura, y que la sencillez de Jesús la levadura de nuestra masa. Muchos besos y abrazos, con ganas de verte, pero mientras tanto mi deseo de un muy Feliz Navidad encarnada. Pablo

      Eliminar
  2. ¡Feliz Cumpleaños y Feliz Navidad! Muchas gracias por compartir con nosotros tus experiencias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Carmen, pero a ti Carmen también, por corresponder con este compartir. Feliz Navidad de corazón, Pablo

      Eliminar