Este blog será, la casa de Managua, donde poder encontrar algunas de las experiencias que relataré de mis pasos por Nicaragua. Periódicamente introduciré nuevas entradas para los interesad@s en conocer más de cerca la riqueza de esta tierra. Te espero, cada semana (este es mi propósito, un tanto ambicioso), con las puertas abiertas. Puedes añadir tu comentario sin problema. Gracias y un abrazo grande.
La Red de Masculinidad por la Igualdad de Género (REDMAS) es una instancia de coordinación la cual aglutina a 20 organizaciones de Nicaragua, entre las cuales está el Proyecto Samaritanas de las CEB (Comunidades Eclesiales de Base). Organizaciones que de un modo u otro realizamos distintos trabajos sobre género y masculinidades con varones de diferentes edades y condiciones sociales. Sin obviar el necesario trabajo que hacemos muchas de las entidades en el propio empoderamiento de las mujeres.
Desde esta alianza tratamos de promover espacios colectivos para la construcción y fortalecimiento de propuestas teórico-metodológicas (inspirados en la educación popular y vivencial), especialmente con niños, adolescentes y jóvenes. Ya que consideramos que para que haya una igualdad práctica de género, no basta con el empoderamiento de las mujeres; sino también con la de-construcción de una vivencia de la masculinidad que no favorece la igualdad. Iniciando así procesos que favorezcan que cada hombre, de la edad que sea, reflexione y analice las normas sociales, que a lo largo de los procesos de socialización, moldean las percepciones, roles, identidades y sus relaciones. Abriendo la oportunidad de rechazar el modelo machista y darse el permiso de plantear formas alternativas de desarrollar sus vidas en la no violencia, la justicia y la equidad.
En las cuales nos queda todavía camino por recorrer en todas las culturas, las cuales han educado a los hombres y mujeres desde los criterios dominadores del patriarcado. El cual sigue presente en diferentes ámbitos y formas. A veces sin darnos cuenta, lo cual no deja de ser una constante invitación a revisar nuestra forma de relacionarnos entre sexos, especialmente los hombres con las mujeres. Desde cómo las miramos y consideramos a cómo usamos nuestro lenguaje.
El participar en este ámbito no solo me está permitiendo enriquecerme por la relación con otros compañeros y compañeras que trabajan en otras organizaciones, reflexionando juntos; sino compartir metodologías y vivencias que nos ayuden personalmente, y que lo hagan también con las personas con las que trabajamos. Basada nuestra pedagogía, para aprender inductivamente a partir del juego, en lo dinámico. Siendo la propia persona la que aprende desde ella misma, desde sus vivencias y la de los otros. Una oportunidad que tengo para formarme(nos) en este sentido, para crecer como persona revisando cómo vivo mi masculinidad.
Este miércoles tuvimos uno de nuestros encuentros, los cuales duran todo el día. Los últimos en los que nos estamos encontrando nos están sirviendo para fortalecer en un proyecto en el que estamos trabajando de forma conjunta: "Creciendo juntos y juntas". El cual tiene como objetivo capacitar a diferentes grupos de adolescentes y jóvenes de Nicaragua, en los cuatro núcleos de los que se compone: socialización de género, sexualidad, violencia de género y Explotación Sexual Comercial (ESC). Con el propósito que esta capacitación no acabe en ellos, sino que sea multiplicado por ellos a otros de sus amigos/as o compañeros/as de clase. La experiencia está siendo fenomenal. Descubriendo al mismo tiempo el interés, la apertura y las ganas de querer multiplicar lo aprendido por parte de los chavalos y chavalas.
Algunas otras campañas que se han promovido desde REDMAS: "Los hijos del barrio", "Qué tuani (bonito) no ser machista", "Gánale a las ganas", entre otras.
Como
cada año, en torno al 19 de julio,se
celebra el Aniversario de la Revolución. ¡Y ya van 34
celebraciones de libertad! Ya que lo que se conmemora es el triunfo del pueblo
organizado sobre la dictadura de la familia Somoza, con el consiguiente apoyo
de EE.UU. Pudiendo asistir a varios eventos que me permitieron vivirla desde
muy cerca.
Así
pues primeramente disfruté del concierto que hubo el viernes anterior en el
teatro nacional “Rubén Darío”, con el título: “Cantos a la revolución”. Todo un
repaso de las canciones, de ayer y hoy, que han puesto letra y música a la
historia comprometida del pueblo nicaragüense por su libertad. Canciones que
relatan el coraje, el valor, el compromiso, y cómo no, el sufrimiento. Este año
quisieron dedicarle el concierto a Hugo Chávez, como todos sabéis fallecido
hace algunos meses y muy querido por esta tierra.
Mientras
que ya se oían por todas partes, especialmente en las rotondas, las canciones
testimoniales (referidas a lo que os cuento), se sentía cada vez más el
ambiente de alegría. Por lo que para seguir disfrutando, este jueves pasado, víspera
del día grande, Pilar y yo nos fuimos a la Casa de los Mejía Godoy. Un
restaurante de los dos hermanos que principalmente han compuesto muchas de las
canciones testimoniales, donde ofrecen conciertos con sus canciones, las más
oídas y famosas de la revolución. De las cuales también forma parte el conjunto
de canciones de la “Misa Campesina”.
Ya
el viernes, nos fuimos por la mañana al parque nacional Tiscapa, el lugar más
alto de Managua, donde antiguamente tenía su residencia el dictador Somoza. También donde se recuerdan las torturas que llevan a cabo en sus sótanos, una prueba de la cruda represión vivida por el pueblo. Ahora corona este lugar la sombra vertical de Sandino, el principal precursor del pueblo y
libertad de Nicaragua. Para desde ahí bajar paseando hasta la plaza de Juan
Pablo II, donde se concentraron el acto de ese día. Pudiendo comprobar cómo se
fue llenando en su inmensidad por la mucha gente que llegó de todo el país para
la celebración. Estando la plaza engalanada para la ocasión, se animó con
diferentes canciones y teniendo como principal momento el discurso del
presidente. Fue todo un zambullido en la política, desde poder, y cómo se vive.
Teniendo que lamentar mi aportación solidaria de mi celular nica (mi móvil que
uso por aquí), alguien aprovechó para agarrarlo sin mi permiso cuando se citó
la palabra solidaridad en los discursos. Toda una vivencia, junto con otras,
que ahora hacen que me ría de lo paradójico que me sentí.
Pero
de los momentos que hemos vivido en esta semana, el que más me gustó fue el del
domingo pasado. A nivel de las CEB de Managua, tuvimos nuestra propia
celebración. En la cual, como me explicaba Arnaldo, desde nuestra Fe, celebramos el éxodo, la
salida de la Esclavitud de Egipto, del dominio del Faraón-Somoza sobre y contra el Pueblo. El
enfoque no fue simplemente recordar el compromiso de los que
dieron la vida en la guerra de la Insurrección o en la guerra con la Contrarrevolución. El enfoque es cómo vivir y celebrar hoy nuestro compromiso
como cristianos.Este año 2013 se quiso
rescatar la Memoria histórica de nuestros Mártires y renovar hoy nuestro
compromiso con esa
sangre derramada concretándolo en nuestro compromiso con los
Migrantes y con nuestra Madre Tierra. Teniendo así también por la mañana una jornada ecológica.
Mucha gente de las CEB es sandinista, no
necesariamente del partido. Pero las CEB en cuanto tales no tienen afiliación
partidaria, pues hay diversas opciones políticas en sus miembros. En general
podemos decir que tanto a nivel nuestras
mismas Comunidades como respecto al Gobierno somos autocríticos y
críticos siempre desde la perspectiva del Evangelio de Jesús y de su sueño el
Reino de Dios, una Vida Digna sobre todo para los más excluidos.
Y cómo nos invitaban las Comunidades de Masaya, comparto con vosotros/as: Hacer Revolución es cuidar la vida, rescatar la dignidad de las personas, de los pueblo, la dignidad de la naturaleza, la vida de nuestro planeta. Es erradicar las alambradas de púas y las fronteras que segregan y siguen condenando a quienes los ricos y poderosos ya han empobrecido y despojado de sus derechos humanos. Es vivir libre y liberar. Hagamos revolución como Jesús, amando y defendiendo la Vida con todo el corazón, con toda la mente, con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra inteligencia, con toda nuestra libertad.
Este
fin de semana pasado tuve la oportunidad de visitar la isla de Ometepe,
conjuntamente con mi compañera Pilar de Entreculturas y con mi amiga Alicia.
Pudiendo disfrutar juntos de tres días en este paraíso natural. El cual ha sido
desde antaño cuna de viejas civilizaciones. Isla que emerge en el lago
Cocibolca (también llamado Nicaragua), siendo uno de los más grandes de todo el
continente. Estando constituida principalmente por dos volcanes: el activo
Concepción y el dormido Maderas. De hecho, Ometepe en náhuatl, quiere decir dos
cimas. Su belleza escénica de esta gran isla de agua dulce, la ha llevado a ser
propuesta como una de las Maravillas de la Humanidad.
Salimos
el sábado por la mañana pudiendo agarrar el ferry que conecta la localidad de
San Jorge con la isla de Ometepe. Mientras nos íbamos acercando más y más
presentíamos lo exuberante de la naturaleza que alberga. Al llegar al puerto de
Moyogalpa, nos trasladamos en el bus local hasta las cercanías de otra
localidad llamada San José de la Isla; donde se encontraba nuestro alojamiento,
a orillas del lago y al lado también de la laguna de Charco Verde. Pudiendo
almorzar y sobre todo descansar, para más tarde darnos tranquilamente un baño
en el lago y un paseo.
Al
día siguiente, madrugando un poquito más que de costumbre, nos fuimos a
desayunar a Finca Magdalena, una antigua casa dedicada a la producción de café.
Desde allí se iniciaba la ascensión al volcán maderas, la cual hicimos hasta la
mitad, debido a la falta de tiempo y a la cantidad de barro que había en la
parte alta. Por lo que dedicamos cuatro horas a adentrarnos en plena
naturaleza, pudiendo reconocer diferentes especies vegetales y animales, entre ellas el mono aullador y el capuchino.
Llegando
la hora de almorzar fuimos a la playa de Santo Domingo, allí además de comer
pudimos disfrutar de sus olas. Conociendo así otra cara espectacular también de
la isla.
Descansando
al mismo tiempo de nuestro paseo matutino, nos fuimos después a Ojo de Agua:
una cristalina piscina natural de agua que procede del volcán. Allí nuevamente
pudimos comprobar la altura de algunos de sus árboles superando los 30 metros
de altura, siendo al mismo tiempo observados por los monos aulladores que
campaban a sus anchas por las ramas. Pensábamos que en cualquier momento iba a
salir por allí Tarzán. Sin embargo quien salió a nuestro encuentro fueron las
hormigas balas, sintiendo uno de sus picotazos, mientras que subíamos a otro
mirador contiguo a Ojo de Agua. Menos mal que el coco que nos tomamos ayudó a
olvidarnos de este pequeño y gracioso percance.
Más tarde ya nos
volvimos para ver atardecer en la zona que nos hospedábamos. Aprovechando a
descansar todo lo posible esa noche hasta el día siguiente, que emprendimos el
camino de vuelta a casa conforme habíamos llegado hasta este entorno
paradisíaco. Un lugar que nos ayudó a desconectar de nuestro trabajo de cada
día. ¡Una pasada, dónde su belleza se escapa a lo que pueden capturar nuestras
cámaras!
El
encontrarme en una cultura diferente facilita todavía más las anécdotas
graciosas que surgen de las diferencias que tenemos. Aquí os dejo algunas…
Cuando
dicen que el tamaño no importa… ¡claro que importa! Más si estás en Nicaragua.
Influye en que muchas de las cosas y espacios están preparados para personas de
una estatura más baja que la mía. Soy muy alto en comparación con la media
nacional, y eso hace que llame la atención simplemente por lo grande que soy. Algunos
ejemplos pueden ser el tamaño de la cama, de algunas puertas, incluso en los
asientos de algunos autobuses en los que tengo que ir encogido o la altura de
la pila para lavar… Para hacerme la foto para el permiso de residencia, me tuve
que agachar a petición de la funcionaria. Pero para más guasa me he tenido que
acostumbrar a comer todos los días en una mesa y sillas para niños y niñas de
preescolar, conjuntamente con mis compañeras de Samaritanas. Y es que parece
que no hay término medio, al menos yo no encajo en él, jajaja. Ya que un día
que fuimos de paseo a Masaya, otra ciudad de Nicaragua, nos tomamos unos jugos (zumos,
sorbetes) en un lugar donde mirad cómo son las mesas y las sillas… Fue
divertido.
A
los dos días de que me hubieran extraído las cordales (muelas del juicio),
todavía convaleciente en casa, llegaron dos empleados del Ministerio de Sanidad
a batizar (echar un producto allí donde se almacene agua para prevenir algunas
enfermedades transmitidas principalmente por parásitos). Lo cual desconocía
hasta ese momento. Llamando ellos a la puerta,
pensaba que eran dos cristianos evangelistas que estaban de misión por el
barrio; y cuando dijeron que venían a batizar, yo entendía “a bautizar”. Lo
cual me extrañaba mucho y les decía que yo ya estaba bautizado, que no hacía
falta que se molestaran. Ante su insistencia, al final me di cuenta de que
estaba en un malentendido.
Cuando
he subido a Santo Domingo, en el entorno rural se pueden percibir aún más las diferencias,
y con ellas las anécdotas se multiplican. Tanto es así que una mañana, nada más
levantarnos, salí a lavarme la cara para ducharme al medio día. Viéndome Pablo,
uno de los hijos de Nicolás de 16 años, me comentó que aquí siempre que se
bañaban no era solo la cara sino el cuerpo entero. También una de sus nietas me
preguntaba si era yo el que dormía en un chaquetón, sin entender porque me
preguntaba eso. Al ir a dormir y sentarme encima del sleeping (saco de dormir)
y sentir su textura, me empecé a reír comprendiendo que sí que era yo quien
dormía como entendía la niña. O cuando nos sentábamos a comer, la primera vez
me sirvieron un plato de comida de una cantidad normal, más dos tortillas. En
esos días cada comida que pasaba iba aumentando la cantidad de la misma,
comiéndome todo como bien me enseñó mi madre; hasta el punto que al no alcanzar
la comida en un solo plato hasta arriba, me sirvieron un segundo lleno. Fue
entonces cuando tuve que poner límite porque era demasiado para mí, con la
posterior risa por parte de toda la familia. Me imagino que al verme tan grande
no querían que pasara hambre, dándome siempre lo mejor que tenían.