viernes, 5 de julio de 2013

Anecdotario I

El encontrarme en una cultura diferente facilita todavía más las anécdotas graciosas que surgen de las diferencias que tenemos. Aquí os dejo algunas…


Cuando dicen que el tamaño no importa… ¡claro que importa! Más si estás en Nicaragua. Influye en que muchas de las cosas y espacios están preparados para personas de una estatura más baja que la mía. Soy muy alto en comparación con la media nacional, y eso hace que llame la atención simplemente por lo grande que soy. Algunos ejemplos pueden ser el tamaño de la cama, de algunas puertas, incluso en los asientos de algunos autobuses en los que tengo que ir encogido o la altura de la pila para lavar… Para hacerme la foto para el permiso de residencia, me tuve que agachar a petición de la funcionaria. Pero para más guasa me he tenido que acostumbrar a comer todos los días en una mesa y sillas para niños y niñas de preescolar, conjuntamente con mis compañeras de Samaritanas. Y es que parece que no hay término medio, al menos yo no encajo en él, jajaja. Ya que un día que fuimos de paseo a Masaya, otra ciudad de Nicaragua, nos tomamos unos jugos (zumos, sorbetes) en un lugar donde mirad cómo son las mesas y las sillas… Fue divertido.


A los dos días de que me hubieran extraído las cordales (muelas del juicio), todavía convaleciente en casa, llegaron dos empleados del Ministerio de Sanidad a batizar (echar un producto allí donde se almacene agua para prevenir algunas enfermedades transmitidas principalmente por parásitos). Lo cual desconocía hasta ese momento. Llamando  ellos a la puerta, pensaba que eran dos cristianos evangelistas que estaban de misión por el barrio; y cuando dijeron que venían a batizar, yo entendía “a bautizar”. Lo cual me extrañaba mucho y les decía que yo ya estaba bautizado, que no hacía falta que se molestaran. Ante su insistencia, al final me di cuenta de que estaba en un malentendido. 



Cuando he subido a Santo Domingo, en el entorno rural se pueden percibir aún más las diferencias, y con ellas las anécdotas se multiplican. Tanto es así que una mañana, nada más levantarnos, salí a lavarme la cara para ducharme al medio día. Viéndome Pablo, uno de los hijos de Nicolás de 16 años, me comentó que aquí siempre que se bañaban no era solo la cara sino el cuerpo entero. También una de sus nietas me preguntaba si era yo el que dormía en un chaquetón, sin entender porque me preguntaba eso. Al ir a dormir y sentarme encima del sleeping (saco de dormir) y sentir su textura, me empecé a reír comprendiendo que sí que era yo quien dormía como entendía la niña. O cuando nos sentábamos a comer, la primera vez me sirvieron un plato de comida de una cantidad normal, más dos tortillas. En esos días cada comida que pasaba iba aumentando la cantidad de la misma, comiéndome todo como bien me enseñó mi madre; hasta el punto que al no alcanzar la comida en un solo plato hasta arriba, me sirvieron un segundo lleno. Fue entonces cuando tuve que poner límite porque era demasiado para mí, con la posterior risa por parte de toda la familia. Me imagino que al verme tan grande no querían que pasara hambre, dándome siempre lo mejor que tenían.


14 comentarios:

  1. saludes amigo pero sobre todo Bendiciones

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  2. Hola Pablo, leo tu anecdotario en un encuentro de postvoluntarios VOLPA con la Escuela de formación en Madrid. He conectado de madrugada antes de dormir, y me ha hecho gracia, porque en la cena hemos comentado que varios voluntarios tenéis blogs abiertos... y lo cuidadosa que debe ser la narración abierta en internet... Deseo que estas historias y nuestros comentarios sirvan para zambullirte caa vez más sin estar pendiente de las reacciones. TE MANDO UN ABRAZO GRANDE
    Gerardo

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    1. Muchas gracias Gerardo. Yo también lo he pensado en más de una ocasión. Sobre todo para no decir cualquier cosa que se pueda malinterpretar, más con las diferencias culturales que cada vez van siendo más las que voy descubriendo. Un abrazo, Gerardo, Pablo

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  3. Hola Pablo, antes de salir de viaje a Zaragoza, leo tu anecdotario. Imagino que si este es el uno, tendrás para un segundo y un tercero. Los espero ya con ganas. Son graciosas las cosas que cuentas, supongo que en su momento las vivirías como diciendo "ups, qué situación" Es bueno que ahora nos sirvan para reirnos de lo vivido.
    Bueno Pablo, gracias por seguir fiel a tu ventana digital y no dejar de acercarnos a tu experiencia. Un abrazo grande
    Fer.

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    1. Hola Fernando, has adivinado muy bien, seguro que habrán más anécdotas; además de las que se me olvidaron en el momento que escribí la anterior entrada. La verdad es que me resultan muy graciosas. Aunque la más grande fue la del mangazo, que por cierto hace un minuto ha caído otro muy cerquita de donde te estoy escribiendo. Seguimos encontrándonos, al menos por la quinta. Otro abrazo grande, Pablo

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  4. Un abrazo a nuestro viajero infatigable. No dejes de deleitarnos con tus experiencias.
    Bendiciones

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    1. Gracias Gloria, y Cris también. Aquí trato de compartir con vosotras cada semana. Esta semana nueva comparto mi estancia en Ometepe, sin palabras. Un abrazote grande pa las dos. Pablo

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  5. Muchas gracias Pablo, casi todo es distinto, seguro que hay muchas cosas más que se viven no tanto como anécdota sino como reflexión, aprendizaje,...
    Un fuerte abrazo,
    Ana

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  6. Querido Pablo que alegría ver que estas bien, llevo unas semanas sin poder entrar por esta ventana que nos abres, al estar de campamentos, este año tengo la gran suerte de estar en la parroquía de Jesús Obrero en las 3000 Sevilla, esta siendo una experiencia magnifica ademas estoy acompañando a tres chavales que están haciendo una experiencia vocacional aquí.

    Un saludo muy fuerte cuenta con mi oración

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    1. Gracias Paco por estar siempre ahí, más ahora que nos encontramos más lejos todavía. Pero parece que es cuando más comunicación tenemos desde que salimos de Burgos. Mucho ánimo en esta experiencia de las 3000 en Sevilla, seguro que muy diferente a tantas otras vividas por ti. Aprovecha para aprender de las personas, del barrio, de estar y trabajar con y los más pobres. Buena experiencia vocacional, partiendo desde los últimos que no dejan de ser los primeros... Un abrazote, Pablo

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  7. Un abrazo Pablete. Antonio Crespo

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    1. Otro abrazooo Antoñito, desde estas tierras fértiles. Pablo

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