lunes, 26 de enero de 2015

Corn Island


¡Y continua nuestra aventura caribeña! De Bluefields teníamos pensado dar el salto a Corn Islands (Las islas Maíz) en medio del Caribe. Para lo cual nos aventuramos en el barco Capitán D sin saber lo que nos esperaba. Y es que cuando entramos al barco, ya comprados los billetes incluyendo la reserva de un supuesto camarote, nos dimos cuenta de la realidad de aquel barco. Se trataba de un barco de carga en el que aprovechan para llevar pasajeros, y parece que cuantos más mejor, sin contar con las condiciones para ello. Prácticamente no había lugar para todos los pasajeros allí, estimando que seríamos unos dos cientos, la gente se amontonaba en algunos bancos y camas a modo de cajones, especialmente en cubierta. Al quejarnos constatando las condiciones del viaje, nos ofrecieron ir en la cabina conjuntamente con el capitán sin dejar de escuchar reggae. Allí pasamos las ocho horas que finalmente duró esta experiencia única, porque nunca más se nos ocurrirá montar en ese barco, más con las grandes olas que lo azotaban de un lado para otro.


Al llegar ya noche a Corn Island, había un taxi esperándonos para llevarnos al alojamiento que nos había contactado nuestro amigo Donald en Bluefields. Sorprendiéndonos en su casa Maris Danet con una sopa de pollo que entró de maravilla después de semejante vaivén del barco. Riéndose porque todo el mundo en la isla conoce el viaje en el Capitán D, diciéndonos que nos dejábamos de ser unos aventureros y que nos regresáramos en avión, siendo mucho más recomendable, cosa que así hicimos. Pero hasta entonces pudimos disfrutar de las dos islas que conforman Corn Islands, especialmente de la isla más grande. Puesto que la isla pequeña, que dicen que es la más bonita y al mismo tiempo más cara, había sido azotada por un temporal hacía semanas atrás dejando casi sin playas a la misma.


Por lo que sobre todo disfrutamos de las playas por las mañanas y paseos vespertinos en el atardecer. Corn Island grande tiene unos 11km de litoral aproximadamente. Aquí están, como siempre, algunas de las evidencias…





De esas que parecen sacadas de algunos anuncios, bien de tour-operadoras turísticas o planes de jubilación. Pero allí estábamos nosotros, ni turistas ni jubilados, voluntarios regateando precios y disfrutando de toda la belleza y tranquilidad en la que nos encontrábamos.


Y en esos paseos, baños y tomando el sol… nos encontramos con Sadis y Sebastián, ella nicaragüense y él español, que viven desde hace más 30 años en Alemania. Pudiendo compartir con ellos como se conocieron en la Nicaragua de la recién triunfada revolución y como fue su migración a Alemania, como la de otros muchos españoles como Sebastián. Y cuál ha sido y sigue siendo su compromiso y trabajo en el defensa de los derechos de los trabajadores migrantes, especialmente en sus inicios cuando había una mayor desconsideración.


A lo cual contribuyó enormemente la acogida de Maris en su casa, quien renta algunas habitaciones con condiciones sencillamente confortables. Aunque en toda la isla es reconocida por su buena mano en la cocina, cada noche se llenaba la terraza. Y lo más curioso no había ni menú ni carta, su frase más repetida era: “No me pregunte que tengo, dígame lo que usted quiere y yo se lo preparo”. Y así era, contando con la variedad que había dentro de su cocina y que ofrecía la isla, ya que no siempre se puede encontrar de todo. Pero hacía maravillas y disfrutaba viendo cómo la gente comía, me recordaba a mi tía Paquita en ese sentido, para quien la conoció. Llegando a sentarse con nosotros siempre que podía y platicar sobre la isla. Nos contó algunas cosas de su vida, como pudo ahorrar y ganar algo de dinero para poder mejorar su casa y vivir en unas mejores condiciones. Como ella muchas mujeres costeñas migran hasta las islas Caimán para trabajar en hoteles o empleadas domésticas. Así pues la mayoría de los varones se embarcan durante todo el año en compañías de cruceros que recorren diferentes partes del mundo.


Finalmente pudimos probar, preparado por sus manos, el auténtico rondón, plato típico costeño por excelencia. Un buen plato a base de caldo de pescado, pescado, langosta, yuca, plátano hervido y pan de fruta (un fruto bien característico). Tanto como nuestro viaje.

2 comentarios:

  1. Me alegra que esteis disfrutando de este viaje. Pero me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa ver a mi compañera VANESA en estas fotografias. Me alegro un montonnnnnnnn. Un beso para todos. Bene Galan

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    1. Jajaja Gracias Bene, por parte de Vanesa también. Espero que estés requetebien. Muchos besos y abrazos, compañera

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