lunes, 9 de febrero de 2015

Dejarse llevar


Todavía recuerdo cuando llegué muy bien acompañado a Nicaragua por mi amigo Enrique. Lo hacíamos por carretera después de haber estado por unos días conociendo algunos lugares de El Salvador. Especialmente aquellos por los que más anduvo Mons. Romero, profeta y mártir de toda América Latina, próximamente beatificado por Francisco. Qué gran testimonio para este caminar de estos dos años, alimentados con la vida compartida especialmente en las CEB`s y su (nuestro) Proyecto Samaritanas, con las mujeres, niños/as y adolescentes.


Después de dos años, recién cumplidos, qué difícil se hace pensar en marcharse después de tanto vivido. Puesto que ya el 11 de marzo regresaré camino a España. Y aunque ganas no me faltan por la alegría al mismo tiempo de poder reencontrarme con mi familia, amigos/as y así con otras personas que me seguiré encontrando por el camino; así como compartir lo vivido y recibido, desde lo cotidiano. Me cuesta pensar que tengo que despedirme de tantas personas, especialmente de las más cercanas, tener que separarme. No lo haría, pero no puede ser de otra manera. Siento que mi tiempo en Nicaragua se va terminando, y por eso siento que se me parte el corazón en sentimientos encontrados. Como me decía Arnaldo, sin duda, es un tiempo trabajoso en este sentido. Pero no por ello quiero dejar de disfrutar un solo momento, compartiendo y dando gracias por tanto recibido, que es mucho. Quiero seguir dejándome llevar...

Cuando llevaba varios meses de haber llegado, con la visita de Mari Cruz, sentía que me estaba costando adaptarme a esta realidad. Su consejo fue el de dejarme llevar, que la vida fluya. Actitud absolutamente necesaria para vivir más ligero, más libre. En definitiva siento que se trata de una cuestión de confianza y desprendimiento al mismo tiempo, sintiéndose uno feliz con lo que tiene y cada día le regala. Así he tratado de vivirlo y conseguido en muchos momentos, algo no fácil en otros tantos, sobre todo por mi tendencia al perfeccionismo y a querer controlar lo que llevo entre manos. Siento que es una aprendizaje muy importante para esta experiencia VOLPA, que más que experiencia es vida compartida. Actitud para toda la vida, y qué bueno que sea así también, para poder seguir creciendo... No a lo alto, sino por dentro, en todo aquello que nos ensancha un poquito más el corazón. Y como Bene compartiría seguro...


Otra amiga me decía hace tiempo, antes de marcharse también, que estos momentos son como cuando se va apagar una vela encendida. Al ver como se consume podemos tomar la actitud y no dejar de pensar que se va acabar esa luz. O por el contrario disfrutar mientras tanto de su luz y calor mientras dure. Sabiendo al mismo tiempo que esa luz no se apaga en este tiempo sino que siempre irá conmigo, para no sólo quedar en mí. "Un fuego que enciende otros fuegos". Todo este tiempo ha sido más que intenso en el que hemos ilusionado, reído, llorado, enamorado, enojado, apasionado... En definitiva, como decía antes, hemos vivido. Y hablo en plural porque la vida solo puede ser compartida, es así cuando cobra un sentido mayor aún, es Palabra viva. Y como diría el lema de una compañía telefónica: "La vida, compartida es más". Son ya muchas las muestras de cariño y agradecimiento las que siento, que en las maletas no cabrán, solo en el corazón. "... Y el corazón lleno de nombres" y es que "vivir es ir poniendo el corazón, es ir poniendo un pie detrás del otro", como diría Pedro Casaldálida.


Hace meses alguien muy cercano me decía que no perdiera nunca el norte, más bien conforme ha ido pasando el tiempo siento que lo que no hay que perder es no solo el norte, sino más bien el sur. Ese Sur que está extendido por más de tres cuartas partes de nuestro mundo explotado, pero que también está presente en todo lugar. También en las periferias de todas las ciudades de lo que llaman "primer mundo", es ese "cuarto mundo". ¿Pero cuántos mundos hay? No perder ese Sur es la opción por lo que reconoce nuestra dignidad de todos/as sin excepciones. Es siempre el compromiso por quienes menos oportunidades han tenido y siguen sin tener... por la fragilidad, lo pequeño, lo débil de nuestro mundo... lo que nos hace más humanos/as. Lo que hace que creer, comprometerse y vivir por ese otro mundo sea posible, que la realización del Reino se abra paso desde lo insignificante para muchos. 

Y hablando de dejarse llevar... aquí comparto con vos este poema de Miguel Ángel Mesa que compartió conmigo también una persona especialmente, creo que se refleja muy bien lo que puede llegar a significar y seguramente lo exprese mejor que mis palabras ; )

Cada Momento que vives es una llamada
a experimentarlo y hacerlo en carne propia
a metabolizarlo, a recibir su enseñanza, su tarjeta de visita.
A veces aparece un rostro triste, doloroso, pertinaz
y cuesta comprender el mensaje,
hay que leerlo diseccionándolo.
A veces llega radiante con la sonrisa franca y los brazos abiertos.
Entonces hay que gozar a tope sin miramientos.
Y, a veces, viene sereno, suave, tenue, delicado como una brisa.
Como la dulce costumbre de cada día.
Entonces hay que dejarse invadir, contemplarlo, callar, 
dejarse llevar manejando, no obstante, tu mismo timón.
Son todos y cada uno de los momentos de la vida 
los que te invitan a gozar a ser sencilla, profundamente,
un hombre, una mujer.

6 comentarios:

  1. Gracias Pablo por compartir todas las experiencias vividas, gracias al gran trabajo que habéis realizado, gracias por mostrarnos una realidad bien diferente al que disfrutamos en España. Gracias por ayudarnos a valorar todo lo que tenemos. ¡Buen viaje y hasta pronto!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Pablo por la generosidad de todo lo compartido. Menudo pedazo VOLPA se ha gestado en la CEBs!!! Disfruta también el proceso de despedida -cierre- apertura y cuéntanoslo!! un fuerte abrazo: Ana Cirujano.

    ResponderEliminar
  3. Hola Pablete:
    Ahí van unas breves líneas para desearte que disfrutes a tope este "final de ciclo", estoy seguro que cuando vueles hacia España tu asiento se te hará pequeño rememorando tantos momentos gozosos como los que has pasado, tantas experiencias bellas que brotarán en tu corazón durante días; tantos encuentros con personas, grandes y pequeñas que te traes contigo..., ¡eres afortunado! y ellos también lo son por haberte tenido todo este tiempo, Así, que disfrútalo, despidénte a fondo, sin prisa y piensa que por aquí tabién estamos esperándote.
    Ya sabes que comparitrás mi asignatura en distintos momentos de lo que quede de este curso, te he echo ya la "propaganda suficiente , ahora sólo queda que aterrices y vemos, tranquilamente, cuando inicias este aterrizaje, sin duda distinto y algo más durillo del que vienes.
    Un abrazo enorme, y hasta pronto chavalón. Disfruta todo lo posible y si es necesario, ya lloraremos juntos, dada mi sensiblería últimamente a flor de piel...
    JavierD.

    ResponderEliminar
  4. Pablo... qué hermoso es el texto que has escrito... se nota que has dado y recibido mucho amor, amor del auténtico, sin sucedáneos... Gracias por tu testimonio. Un abrazo, y con ganicas de verte.
    Veri

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Veri Veri, por tus palabras, por tu amistad también que siempre suma. otro fuerte abrazote. Nos vemos dentro de no mucho.

      Eliminar