sábado, 20 de abril de 2013

LEÓN





El fin de semana pasado estuve visitando León, ciudad al norte próxima a la costa pacífica, a unos 90km de Managua. Lo que supone una hora y media aproximadamente. Gracias a las conexiones interlocales (o “intermortales”, por la forma de conducir con la que van) siendo furgonetas equipadas para llevar a unas 15 personas.

Allí pude encontrarme y compartir el “finde” con Pilar, compañera VOLPA de Entreculturas que se encuentra en Lechecuagos, una comunidad campesina muy cercana a la ciudad de León, apoyando una escuela que hay de Fe y Alegría.


León, junto con Granada, es una ciudad vital que conserva uno de los cascos coloniales más interesantes de Centroamérica. Siendo la cuna del liberalismo y progresismo histórico de Nicaragua, sobre todo contra las dictaduras de los Somoza. Fue erigida en las proximidades del poblado indígena de Sutiava. Fue capital de Nicaragua durante más de 300 años y ha sido propulsora de grandes artistas e intelectuales del país e internacionales. Siendo el escritor, Rubén Darío, el más renombrado.


Disfruté principalmente de la tranquilidad que me ofreció esta ciudad, comparada con Managua, donde no solo hay mucho más tráfico. Pero sobre todo de sus calles y edificios de más de un siglo, algunos de época colonial. Un ejemplo son sus iglesias y la catedral. También pude conocer la casa donde nació y se crío Rubén Darío, un museo de arte o el museo de folklore, mitos y leyendas. Este último se encuentra en una vieja cárcel usada durante las dictaduras, combinando parte de historia de la represión y vida de la cárcel, con los personajes míticos de muchas zonas de Nicaragua.


Pude conocer a Alicia y su madre, conocidas de Pilar, las cuales regentan un restaurante familiar que han abierto no hace mucho: “Teali”. Disfrutando de la comida preparada y de una siesta en hamaca, aprovechando la confianza. Ya por la noche también conocí a Ramin, voluntario suizo que trabaja con Pilar, invitándonos a su casa (en el barrio de Sutiava) a cenar unos espagueti a la boloñesa que estaban buenísimos; donde me quedé a dormir. Allí también se encontraba su pareja y otra compañera. Con la que ya había coincidido en el aniversario de Felipe y Mary Barreda en Estelí (entrada del blog que compartí hace dos semanas). Ya que ella está trabajando en la asociación Mary Barreda de León, cuya labor es muy parecida a la que desarrolla el proyecto Samaritanas en Managua, del que formo parte.


Después de esta cena tan entretenida entre unas y otros, nos invitaron a que selláramos nuestras manos con pintura en la cocina, como costumbre de los que han vivido o pasado por la casa. Dejando así mi marca en León para la posteridad.

Este viaje me ayudó también a desconectar del día a día y, como decía, aprovechar la tranquilidad que me ofrecía León. No así el calor que pasamos, el que no pasaba desde hacía mucho tiempo, pasando de los 40 grados. Por lo que me volví a Managua donde el calor era un poquito menos sofocante.


7 comentarios:

  1. Que envidia! Estás viviendo en primera persona una cantidad de experiencias tan intensas como hermosas. Recibe un cariñoso abrazo de esta compañera de Trabajo Social desde el lejano, aunque cada vez menos, Elche.

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  2. No vives nada mal, Pablete.¡qué bueno lo que cuentas!, lugares llenos de historia y de presencias..., que sigas disfrutando como lo haces, un abrazo fuerte,
    JavierD.

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  3. Pablo, ¡Gracias por todas las experiencias que compartes!
    ¡¡Ánimo y a continuar!!
    Un abrazo,

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  4. Qué buenos recuerdos, Pablo!!
    aunque no escrito a menudo, te voy siguiendo...espero que disfrutaras en León, yo disfruté mucho cuando pasé por Nica..
    un abrazo grande y recuerdos del equipo.
    Lourdes (Entreculturas)

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  5. HOla Pablo, gracias por dejarnos acompañarte en tu viaje por estos rincones de Nicaragua. Sigue disfrutando y conociendo, aportando lo mejor de ti (como esa Ñ) que has pintado debajo de tu mano en la pared. Ánimo.
    Por aquí ya con las acampadas ADS entre manos.
    Un abrazo y mi oración.
    Fer.

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  6. Pablo, te seguimos desde aquí, no dejes de contarnos tus experiencias, nos alegran mucho. Gracias por compartir este blog, me recuerda mucho a los trabajos de la UMH.
    Un abrazo. Sonia.

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  7. Hola Pablo, cada semana cuando visito el blog me alegro tanto de ver como disfrutas cada día en positivo de las cosas que van pasando ante tus ojos y como vas conociendo gente que ya nunca olvidaras.
    Un abrazo muy fuerte y mi oración.

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